lunes, 1 de junio de 2009

La violencia en el mundo. Asesinatos sin razón

El asesinato de Marat
Desde que salí de mi depresión, yo estaba convencido de controlar mi mente, pero esta masa que tenemos dentro de la caja craneana puede con el más templado. Han sido dos mujeres, las que en los últimos días, no solo me la han descontrolado sino que incluso me han hecho entrar en una tristeza que hace bastante tiempo no conocía. En San José, tengo una amiga entrañable de la que todavía no he hablado por aquí. Las relaciones últimamente las teníamos telefónicamente y por causas ajenas a nuestra voluntad [el teléfono funciona cuando le da la gana (¡Cabrón ICE!)], cada vez eran más esporádicas. Llamada sobre las nueve de la mañana y lo que menos podía suponer es que era ella; sabía que a esas horas trabajaba. Sorpresa al escucharla pero percibía que algo no iba bien, como así fue. Después de un preámbulo que a mi se me hizo eterno me suelta que le han matado a su hijo. Muchacho de veinte años, estudiante en la Universidad y de buenas notas.
Leer el restoTodos los días, bien el periódico que compra Javier, o esporádicamente cuando veo la televisión, dan noticias de estos hechos. También es verdad que estoy siguiendo, no con mucho interés sino más bien por estar al tanto de lo que ocurre en el país del que pienso ser ciudadano, las elecciones presidenciales, y ahora es cuando caigo que los candidatos/as insisten, con asiduidad, en que con ellos la seguridad ciudadana mejoraría.
No creo que la inseguridad sea exclusiva de Costa Rica, aunque mal va un país en el que mis amigos, Diego de Alajuelita y Jocksan de Desamparados, me decían que ni se me ocurriera entrar en estos barrios periféricos de la capital si no era en su compañía; en ellos las escuadras las lleva cualquiera. Pero no es solo en San José, sino también en ciertos barrios de Puntarenas y no digamos nada en Puerto Limón, en donde no ha habido tico que me aconsejara que por allí ni apareciera. A mi me han dicho que cuando quiera tener una pistola, por cincuenta dólares, la tengo al instante, cosa que ni se me ocurre, puesto que soy de los que piensan que los malos son expertos en su manejo y para cuando tu quieras usarla ya estas cosido a balazos.
Una cosa es saberlo por las noticias y otra muy distinta es que tu amiga te diga que le han matado a su hijo. Piensas que a ti no te pueden suceder esas cosas. Independientemente del dolor que transmitía, me llamo la atención, el que daba por hecho que en San José, esto era como una lotería.
Sobre este caso escribí con posterioridad.
Nada que ver lo de la segunda mujer, pero si es cierto que puede influir bastante en mi vida. A esta muchacha la conocía antes de venir a este lado del Atlántico, había puesto muchas esperanzas en nuestras relaciones, pero intuía (Yo y mis intuiciones) que había un par de circunstancias que a la larga podían ser fatales. Hago una prueba con una de ellas y me estalla entre las manos. Tiempo al tiempo.
Nada de encerrarme en mi mismo, así que decido irme a mi playa y conmigo se sienta David. No es mucho lo que tarda en aparecer Javier, que hacia días que ni siquiera me saludaba (Javier y sus locuras). Aguacero al canto y les digo de meternos en Los Gitanos, invitándolos como es lógico.

No consigo captar la intensidad de la lluvia


Me hablan de que en el recinto comunal, hoy celebran baile en el que actúa un conjunto femenino. Hasta ahora nunca había estado en un baile. En Los Gitanos cierran el local con unos plásticos tipo invernadero, por lo que impiden la circulación de aire totalmente y si le sumamos que tienen unos bafles que no se los salta un caballo y los ponen a todo volumen, pensaban que mi cuerpo no lo aguantaría. Ninguno de estas dos cosas se dan en el recinto comunal, así que decido tirar hacia delante y le digo a David que me recoja cuando al baile vaya. Me extraña ver tan poca luz y después lo comprendo, hay una especie de plaga de insectos voladores que acuden a las mismas. Los vasos todo el mundo los tiene tapados con un papel para no ingerir grandes dosis de proteínas. No es el ambiente que yo esperaba o posiblemente mi estado de ánimo no me dejaba verlo así que aprovecho el primer descanso del conjunto y lo abandono.

Con imaginación y a pantalla completa puedes ver algo


Entre la escasez de luz y que estos videos los he tomado con la cámara fotográfica que no es ninguna gran cosa, son de muy mala calidad, pero aquí los dejo como recuerdo.
Lo cortés no quita lo valiente.


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

estube leyendo sobre las crisis de panico y me seni edintificada por lo que se siente el valor que hay que tener para afrontar cada una de las crisis pero ube la misma sinonia de escribir poemas y como no salia de casa navegaba en poema letras y fantasia ylogre transformar mi lugar por los viajes del alma como si estubiera presa aun engo siertos uracanes pero los domino o los conozco en fin entiendo lo que se siente y creo que es una enfermedad de el alma quizas de ser pateada en esta vida y ahi se arrulla el alma y los nervios afloran uracanados pero todo es posible siempre hay un horizonte