jueves, 22 de septiembre de 2016

De juzgados y de felinos comunes o gatos



Me despierto y veo que esta oscuro; hay nubes y por tanto bajas presiones. De inmediato noto el cerebro vacío de neuronas y lleno de serrín. Sé que me espera un día largo. Para colmo me llama el abogado y me dice que el jueves tengo que bajar a Motril para cumplimentar no sé qué papeles con la apoderada. Se trata de exigirles a las pilles que nos den la parte de la herencia de nuestros padres que tienen ellas desde hace nueve o diez años.
Miércoles tratando de convencerme de que no va a pasar nada por ir a Motril, y jueves a las diez de la mañana carretera y manta. Vamos al Juzgado de Primera Instancia Nº 4 en el Palacio de Justicia. Es curioso que ahora hay un palacio donde antes había un fielato (Muchos no saben ni que es eso).
Paso por el detector de metales y en la segunda planta firmamos en el mismo papel mi hermano Manolo, la Apoderada y yo. Le pregunto a la Apoderada y no muy explícita ella, me dice que ahora notificaran a la parte contraria que les reclamamos lo nuestro.


No conocía Motril y eso que es el pueblo donde nací. Yo estaba deseando tirar millas a mi encierro, pero mi Manolo me convence, y llevaba toda la razón, que debíamos de ir a ver a Mari Pepa y Jean Marie. En el cortijo de la Pepa, aparecemos y allí estamos un rato hasta que llega Jean Marie y nos vamos a una especie de mesón en el que comimos rabo de toro muy rico. Por fin conozco a Montse.
He escrito esto bastante resumido y haciendo un gran esfuerzo de neuronas.


Aprovecharé esta entrada para hablar un poco de mis felinos. El negrillo ya se ha comido un par de ratas, y cuando digo comido, es comido con pelos y todo. Si os fijáis es un bebé.Lo único que había comido hasta entonces es pienso para tales.
Ya había escuchado, o leído, que un perro se suelta en el campo y su destino final es la muerte, sin embargo, si es un gato no solo sobrevive, sino que para él ese tipo de vida es de lo mas normal.

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