lunes, 27 de octubre de 2008

Mis otros vecinos. Los OVNIS

Continúo en permanente estado de guardia con la esperanza de algún día tener la agradable sorpresa de ver aparecer los empleados de teléfonos y que me conecten el mío. Se que algún día ocurrirá. Tengo fe en ello.
Sobre las cuatro de la tarde, viendo que ha sido un día de espera inútil, me pego un baño en la piscina, me pongo los pantalones cortos de guiri aunque aquí junto a la camiseta tipo de las que venden en España en los mercadillos, es la vestimenta normal de los nativos, me voy a Internet, veo los correos que tengo, investigo algo sobre mi ansiada residencia y cuando salgo, sigo caminando hacia la playa, me siento en un taburete de las siete u ocho mesas redondas de piedra, y a contemplar la puesta de sol, cosa que consigo antes de que alguien se siente conmigo y comencemos a dilucidar sobre lo divino y humano, aunque precisamente ayer mi interlocutor no era precisamente muy hablador. Chaval nica, clandestino por supuesto, que le tengo que ir sacando con sacacorchos los temas de los que quiero saber sobre ellos; no tiene amigos ticas, pero creo que es por el miedo/respeto que les tiene; aunque parezca incomprensible a estas alturas de la vida, los ve como una casta superior y si se acerca a hablar conmigo al que debe de ver como una especie de dios, es porque desde la primera vez que lo hice, intente tratarlo como a un igual, a pesar de su total incultura y sirva como ejemplo que en su mundo conocido no existía España.
Puedes continuar leyendo... En estas estaba, cuando escucho unas voces a mi dirigidas, y como no, mi amigo Javier con su mochila a cuestas, mojado hasta el pecho de vadear el río, a su vuelta del complejo hotelero donde desarrolla su negocio de venta de collares y demás abalorios. No hace falta decir que se sienta con nosotros y hoy venia con un tema que desde el primer día que me hablo del mismo le dije que a mi no me contara rollos, por lo que hasta que no me demostrara que era verdad, era una espina que tenia clavada. El tema unos OVNIS que aparecen por encima de uno de los extremos de la bahía y que según él se desplazan, unas veces uniéndose, otras separándose y haciendo figuras geométricas caprichosas. La verdad sea dicha no es el único habitante de este pueblo que me ha hablado de ellas.
El muchacho nica tiene que madrugar, según él, razón por la que se va, pero no se el por qué sospecho que a pesar de su incultura no quiere seguir escuchando chorradas, así que nos quedamos Javier y yo solos, el sentado sobre la banqueta, también de piedra, con las piernas cruzadas sobre la misma y aunque cambiamos de conversación, su mirada estaba fija en el infinito. Sí observo que ese día no tiene prisa, cosa que a mi me viene bien porque el que precisamente no tiene ninguna soy yo y con la brisa tan agradable que hacia me encontraba en la gloria. Ya nadie quedaba en la playa.
La verdad es que yo me había olvidado por completo de las luces, cuando Javier da una voz de ¡allí hay una! que a mi me sonó a ¡jodete cabrón que ahora vas a tener que reconocer que lo que yo digo es verdad!
A donde él me señala veo una estrella solitaria, el resto bien por la farola cercana a nosotros o quizás por las nubes, no se ven, independientemente que conforme la voy observando, veo que tiene demasiada luminosidad para ser una estrella. Javier me va adelantando lo que pasara: O bien se ira apagando y aparecerá en otro lugar, o con una velocidad de vértigo se trasladara a otro sitio; ocurrió lo primero. Vi que poco a poco se iba apagando por lo que forcé la vista para no perderla, pero llego un momento en el que nada veía de ella e intentándola ver estaba, cuando escucho a Javier decirme: Ya la tenemos allí. Efectivamente a unos treinta grados a la derecha del horizonte y esta vez a bastante menos altura de la línea del mismo; me pareció mas luminosa que la vez anterior, y aunque no dije nada puesto que me lo había advertido y lo mas probable como efecto de forzar la vista, vi un cambio de color amarillo a rojo primero y a azul después. Nueva desaparición y vuelta a parecer esta vez a unos treinta y cinco o cuarenta grados a la izquierda de la última aparición. Así hasta cuatro veces, la ultima desaparece y aparece en el mismo sitio, momento en el que le dije a Javier de irnos a dormir puesto que ya eran mas de las diez, tardísimo por estas latitudes, y aunque me hizo caso se vino muy desilusionado porque no las había visto ni desplazarse ni hacer las figuras geométricas que tanto le admiran puesto que según él con ellas nos están trasmitiendo mensajes, independientemente de que con solo observarlas nos comunican buena energía.
Lo hasta aquí descrito puedo asegurar que en plenas facultades físicas y mentales, lo he visto, aunque ni entro ni salgo en a que puede deberse este efecto y mucho menos me va a quitar el sueño pensando en dioses, extraterrestres, ni en el mas allá, simplemente doy fe de que mi amigo Javier y otros vecinos de mi pueblo llevan razón.
Si esto lo lee Jose, mi hijo, puede que piense que Javier me esta contagiando su locura, porque él estaba presente la primera vez que lo contó, y los dos comentamos con posterioridad los efectos dañinos de las drogas.


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viernes, 24 de octubre de 2008

Lo que puede pasar y no pasa. Sabas y X

Mientras estoy, por qué no, obsesionado con obtener la residencia en Costa Rica, no es que no me ocurran cosas dignas de mencionar de mi estancia en este país, es que no estoy de humor para narrarlas. El domingo sin ir mas lejos, me acerque por el local del karaoke, esperando hubiera baile; ni que decir tiene que mi idea no era bailar, sino ir relacionándome con la gente de mi pueblo e ir observando sus costumbres.
El karaoke, en teoría los jueves funciona como tal y los domingos baile. Tengo que reconocer que tengo mala suerte, porque dos domingos que he estado me han dicho que se había celebrado el sábado y los sábados que estuve me dijeron que se celebraba el domingo. Como todo en este país, nadie me ha explicado esos cambios no programados del día de baile.
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Solo había una persona sentada en una banqueta en la barra, por lo que no costo mucho que entabláramos conversación y en esas estábamos cuando se pone a caer un buen aguacero, el ruido inconfundible de una moto y se bajan dos muchachos calados hasta los huesos. Su protección para viajar en este tipo de vehículos, ninguna, y edad entre veinte y veinticinco años y precisamente el que hacia de piloto, no tardamos en darnos cuenta de que estaba bien bebido; el alcohol lo hacia dicharachero por lo que tampoco tardo mucho en entablar conversación con nosotros. Conversación que el bebido de vez en cuando recordaba que tenía que dejar, puesto que habían llegado allí por el mismo motivo que yo, por el baile, y al no encontrarse con él quería seguir la ruta en busca de un lugar donde divertirse, pero el copiloto había visto el cielo abierto con nosotros, quería entretenerlo allí porque veía que no estaba en condiciones de conducir y no le faltaba razón puesto que el milagro ya estaba hecho con haber llegado hasta allí, aunque tampoco comprendía que fuera a mejorar con la espera, puesto que no paraba de trasegar cerveza.
Va pasando el tiempo y observo que el camarero estaba dando unas cabezadas de puro sueño, cosa lógica porque la noche anterior había estado despierto hasta las cuatro de la mañana que aquí es como decir hasta la salida del sol. Mi gran dilema; por una parte veo al camarero deseando que nos fuéramos y por otra me daba cargo de conciencia, que estos dos muchachos acabaran contra un árbol o en el fondo de un barranco, por lo que mi primera idea fue convencer al piloto par que le dejara las llaves de la moto al copiloto y este lo llevara hasta el pueblo de donde procedían, a lo que se negaba rotundamente con una razón tan peregrina como que la moto se la habían dejado, encima no era suya, a él y él era el responsable de entregársela al dueño en perfectas condiciones. Yo creía tener algún poder de convicción, pero este muchacho era un muro, así que solo se me ocurre decirles que se vengan a mi casa a ver si a base de café y un baño en la piscina, se despeja lo suficiente. Quiere traer la moto hasta aquí el acompañante, Sabas se llama, sigue negándose y la trae él con un par de derrapajes y un intento de hacer un caballito, dejándola al final a mitad de camino.
Solo entrar, sin ningún complejo se me sienta en la cama, Sabas hace café, también le preparo algo de comida y entre col y col intentos de convencerlo de que deje conducir al amigo, me mancha las sabanas de café, a lo que me advierte que esas manchas no salen.
Yo continúo hablando con Sabas y me va contando la historia de ambos. El es titulado superior en turismo, vive en San José con la madre viuda, pero no se exactamente por que razón ha decidido venirse a vivir a la ciudad del amigo, del que anoté el nombre, para mi desconocido, pero lo perdí, así que a partir de ahora lo llamare X. Ambos vivían con unas muchachas sin matrimonio de por medio, la de X ya venia con un niño de una unión anterior, y quería dejarlo por lo que sospechaba, X es alcohólico, a lo que este decía que así lo conoció y por qué iba a querer cambiarlo ahora. Cuando nos damos cuenta X dormía como un tronco en mi cama, Sabas no paraba de agradecerme lo que había hecho por ellos y se me ofrece a solucionar todo el papeleo referente a mi residencia en este país.
Pasa el tiempo y no vemos otra solución que pasar a X a otro sitio donde dormir, el coge las llaves y se lleva la moto.
Seis de la mañana del día siguiente, me despierto, preparo café y despierto a X, se lo ofrezco y no veo que le apetezca, recuerdo su alcoholismo y le doy cerveza y güisqui, hasta que veo que se va animando, le digo que los suyos estarán preocupados, por lo que debe de irse, no se como arranco la computadora y el con un bajo nivel de enseñanza me dice que le encantaría manejarla, a lo que me ofrezco a enseñarlo, pero advirtiéndole que a partir del momento que saliera por la puerta, ya no trataría mas con el X alcohólico.
Le di para que tomara un taxi para llegar a tiempo al trabajo y con posterioridad me entere que andaba en el Súper aumentando su dosis de cerveza y diciendo que gracias a mi la noche pasada había salvado la vida. Hay bastante drogadicción por estos sitios de alrededor y mas en los pueblos contaminados por los yanquis, por lo que pienso que donde van lo pervierten todo. Tengo la esperanza que X recuerde su deseo de aprender el manejo de la computadora, y pueda más que el alcohol. Lo de que la mujer lo deje a pesar de amarla profundamente, según él, no es motivo suficiente.
A Sabas ese día habíamos quedado en la ciudad de donde procedían, he hizo todo lo que pudo por ayudarme, pero poco pudimos hacer por lo que quedamos en que me acompañaría a San José donde tenia conocidos y sabia como desenvolverse en los organismos de Migración. No tenía celular, ni yo teléfono, por lo que le dije me confirmara por mail la hora de salida. Me queda la duda de si hubo un malentendido, pero desde entonces no he tenido noticias de ninguno de los dos.


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jueves, 23 de octubre de 2008

Lo que no se cuenta y que es típico de este país

No hoy no empiezo con una imagen paradisíaca, sino con la de mi pobre corazón, creo la más adecuada a lo que sigue.
En este país hay dos ritmos, el que te impone la naturaleza y el que te impone las distintas administraciones y servicios. Al primero no solo me he adaptado sino que me encanta y al segundo o acabo adaptándome, o los nervios acabaran conmigo. Son muchas las cosas que me tienen desquiciado y por citar la más cercana, jamás había utilizado el icono de guardar de Word, cosa que ya he terminado por hacer instintivamente y la razón es que cuando menos te esperas el fluido eléctrico desaparece y puede tardar en volver un minuto o un día completo. Los habitantes de la zona o bien los han convencido, o ellos han llegado a la conclusión de que es mucha la gente que se engancha clandestinamente a las líneas eléctricas, pero no necesariamente estos cortes de fluido coinciden con las horas de máximo consumo por lo que dudo mucho que esta sea la causa.
Puedes continuar leyendo... Cuando solicite el teléfono, por falta de líneas, me dijeron que hasta finales de Diciembre no me lo daban. En estas fechas por aquí coincide la navidad, el verano y las vacaciones por lo que no es difícil suponer que el país esta paralizado y no iban a hacer una excepción con un estúpido españolito al que le hacia falta, por lo que me las ingenie, para conseguirla antes. La concesión de un teléfono, no es que se dé de por vida, sino que si por aquí hay uno o varios señores que la tenían, y han muerto, las líneas junto a sus antiguos propietarios seguirán el sueño de los justos, porque a pesar de estar libres no se las conceden a nadie. Me entero de un señor que por cuestiones económicas o por otras que para nada me interesan, ya tenia una demanda judicial por lo que debía, demanda que parece que en poco le afectaba, y le propongo un trato: Yo le pago el monto de su deuda a cambio de que su teléfono, a su nombre, me lo coloquen a mi. Dicho y hecho, me trae un documento en el que no solo se da por saldada la deuda, sino que incluye la cuota de instalación y en el que dice que en un plazo máximo de quince días lo tendré instalado. Si alguien lee esto no tiene que ser muy sagaz para imaginarse que han pasado los quince días y por aquí no ha aparecido ni dios. Un alma caritativa creyéndose con ciertas influencias llama y me dice que ayer me lo instalarían sin falta; todo el día sin salir a ninguna parte y asomándome a la cancela ante cualquier ruido de vehiculo que paraba por las cercanías y el final estaba cantado, me quede sin teléfono. Hoy ya me he dicho, no te apures hombre cuando menos te lo esperes aparecerán.
Deducción lógica de no tener teléfono es que no tengo conexión internet por lo que voy a una tienda de souvenir donde tienen varias computadoras en las que puedes conectarte pagando en función del tiempo. Estos días atrás las lluvias fueron torrenciales por lo que la causa de no poder conectarme, fuese fácilmente achacable a las mismas, pero han pasado varios días de esto, esta haciendo un tiempo veraniego, pero aun así antes de subir al primer piso donde están situadas, pregunto abajo si tenemos conexión y por causas misteriosas unos días hay y otros no, así que ya no me sulfuro y lo que hago es continuar mi paseo y observando el mar me relajo.
Todo lo malo se pega y ayer aprovechando el celular de Jose, llamo a Migración par ver la forma de resolver unos papeles, me remiten a la embajada de España con la que me pongo en comunicación. Típico robot de multinacional en el que te pide para tal cosa marque el uno, para tal otra el tres; marcaba el uno o el tres y se perdía la comunicación. La imaginación trabaja rápido, engaño al dichoso robot y consigo hablar con una señorica, le cuento el caso y me remite a unas gestorías privadas, españolas por supuesto. Se perfectamente que es obligación suya tramitarlos, puesto que antes había visitado la web del Ministerio de Asuntos Exteriores. Aquí ya no me contuve y le recordé a la pobre funcionaria que el sueldo que estaba cobrando era gracias a los impuestos que he pagado a lo largo de mi vida y ante mi insistencia por hablar con el cónsul, me dio el supuesto correo electrónico del mismo.
Seguiré con mi película.


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