jueves, 10 de septiembre de 2009

El sistema (¿político?) es cruel, ¡jodido vas si por él te dejas arrastrar!


Desde que comencé este blog, en el primer gadget de la derecha, puse la siguiente frase: ¿Estas en el sistema?... ¡Jodido vas!. Aun la mantengo.
Pero ¿que es el sistema? Lo tengo claro en mi mente, pero me ha costado explicárselo a quien me lo ha preguntado. Algún día haré un esfuerzo y escribiré sobre él, pero el tiempo ha ido pasando y mis neuronas se han vuelto vagas, no tengo ganas de calentarlas. Tengo la seguridad, que si no del todo, es difícil escapar, estoy escapando y riéndome de él.
Me llega un comentario de a un de 23 de abril de 2008, que aunque no seria lo que yo hubiera escrito, comulgo con la mayor parte, y su máxima: Si lo que hago no perjudica a nada ni a nadie, esta bien. Si beneficia a alguien o a mi mismo, mejor, intento llevarla a rajatabla.
Del ¡Que inventen ellos! De Miguel de Unamuno, yo paso a ¡que piense Daniel! (por ahora) y me limito a colocar su comentario en este escrito.

Clic para leerloEl sistema es muy cruel, y nos hemos (nos han insertado en él).
Estoy convencido que esa es la causa, las cosas son como dice el sistema o de lo contrario me equivoque, perdí, no merezco.
No voy a citar ejemplos dado que la aplicación a estos es infinita.
Hace tiempo quebré con el sistema, o al menos logro salir de él cuando me place.
Allí en ese lugar (no necesariamente físico) soy yo mismo y existe solo una r e g l a.
Si lo que hago no perjudica a nada ni a nadie, esta bien. Si beneficia a alguien o a mi mismo, mejor.
Y cuando debo volver al sistema para procurar sustento, lo hago sin dejar de mirar la salida. Trato de ser consciente de que esta ahí, y de vez en cuando la miro para ver que sigue estando.
El sistema cambia las puertas de lugar, así que es una buena práctica.
El sistema es cruel. Una aseveración repetida hasta el cansancio. Pero por qué.
Creo que provoca los problemas y nos ofrece soluciones que empeoran disimuladamente nuestra situación, o nos hacen adictos a esas soluciones.
Tienen un arma letal, los medios de comunicación, que nos dicen, tal cual una religión, que debemos y como debemos ser. En que creer y en que no. Lógicamente lo dijeron por TV, por lo tanto, es verdad.
Nos muestran un mundo al que no podemos acceder, generando ansiedad, aunque si nos analizamos, si viéramos la parte de atrás del mostrador de ese mundo, nos daría asco. Pero con eso soñamos.
Inalcanzables luces que se asemejan a la zanahoria delante del "esclavo del sistema".
Dame tu vida, me pertenece, tal vez este sea el premio.
¿La historia de la venta del alma al diablo? Se me asemeja en la mente.
Si no logramos eso, ansiedad, depresión, y la caída de nuestra autoestima. Las consecuencias son siempre nefastas.
Dependientes de drogas (cualesquiera que sean, recetadas o no, da lo mismo) alcohol, y no quiero seguir.
Pero hay un antídoto, que no siempre es fácil de ver. Y esta ahí.
Es el tiempo presente, esa sensación de momento actual irrepetible, y contar que nos rodea, dicho sea en el sentido de que cosas tenemos no cuales nos faltan.
Que queremos ser, realmente. No que fue lo que nos hicieron creer que queríamos o debíamos ser.
Ver que tenemos muchas mas cosas importantes (materiales o no) y que con ellas podemos construir el mundo a nuestra manera no a la manera que ellos quieren que sea.
Las relaciones, los amores, los atardeceres, a veces son nubosos, pero aun así hermosos.
Nada es perfecto, no lo somos, así que es bueno empezar a querernos imperfectos.
Somos esencialmente animales, leía sobre la convivencia, y ese dogma de familia insertado por la iglesia para dominar mejor, se olvido las consecuencias de encerrar a un animal. Eso somos.
Antes o después reaccionamos a los encierros.
Hay que estar cuando quieren que estemos y cuando nosotros queremos estar.
No vendamos nuestra libertad como ser espiritual al bajo precio de una caricia.
Resolvamos estos problemas y en vez de apoyarlos sobre los demás, juntemos amor por nosotros mismos.
De esa forma tendremos amor, de esa forma, teniendo amor, podremos darlo.
No seamos mendigos, si no millonarios de amor.


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3 comentarios:

Daniel dijo...

Jose Manuel
Muchas gracias por esta distincion.
Seguramente no estemos de acuerdo en todas las cosas.
Pero eso es muy bueno dado que seguramente podre enriquecerme leyendo tu blog, que visito asiduamente.
Es bueno leer cosas que nos hacen pensar.
Mis respetos
Daniel

Bettina dijo...

"Resolvamos estos problemas y en vez de apoyarlos sobre los demás, juntemos amor por nosotros mismos.
De esa forma tendremos amor, de esa forma, teniendo amor, podremos darlo.
No seamos mendigos, si no millonarios de amor."

Querido José:

Con ésta conclusión que he sacado de tu estupenda entrada,comprendo que te encuentres tan a gusto contigo mismo y que hayas encontrado a tiempo, la mejor regla de convivencia!
Y lo mejor todavía,amigo José, que seas tan generoso y quieras compartirla con nosotros,los que te leemos.
Sólo agregaría,que debemos intentar también, aceptar lo que nos rodea,a conocerla para aprender a filtrar lo que es bueno para nuestro crecimiento personal,para nuestra salud,para nuestra economía.
Si conseguimos todo ello, nos habremos acercado,lo más posible, a la felicidad,y que no tiene que ver,precisamente con el dinero.
Un placer leerte,amigo !

dianastrocyte dijo...

Política D: