Navidades en soledad
Solo tengo buen recuerdo de las navidades de mi niñez. Eran tiempos en los que entre otras cosas existía la familia.
Son algunas las navidades que he pasado haciendo la correspondiente guardia en los buques en los que navegué y recuerdo que mi pensamiento, en aquellos momentos, era que mientras el resto del mundo se divertía, yo estaba haciendo algo importante.
Con posterioridad, y hasta que murió mi padre, bajaba al pueblo donde nací, donde aun las celebrábamos en familia, pero cuando este desapareció, me dije que yo ya tenia la mía propia y con ella las celebraría.
Han sido fiestas que en general nunca me han gustado. No comprendía que nadie me dijera cuando tenía que estar en familia, cuando tenía que divertirme o cuando reunirme con los compañeros de trabajo para comer.
En la actualidad, no se en el día en que vivo, ni quiero saberlo, cualquier día es bueno para pasarlo bien o para que te ocurra algo extraordinario, pero a través de este medio que es internet es raro el día que no me comunico con contadas personas del mundo que deje y sin querer te transmiten eso que llaman el espíritu navideño, ese en el que no faltan peleas entre familiares que no ocurren el resto del año y en el que todo el mundo esta deseando que pasen.
Recuerdo el bombardeo mediático, incitándote al consumismo, escuchando villancicos hasta en la sopa, y diciéndote que lo pasaras en compañía, con el único fin del intercambio de regalos.
Algunas familias de por esta parte del mundo, hace algunas semanas, me decían que las pasara con ellos y yo me encargaba de trasmitirles que prefería pasarlas solo, entre otras cosas porque al elegir a una, bajo mi punto de vista, les hacia un feo a las demás, pero ya que estamos en ellas, escribo esto el día veinticuatro, nadie me lo ha vuelto a repetir, no se si porque captaron el mensaje, o bien porque para ellos sea una molestia pasarlo con un extraño; por la causa que fuere eso es lo que deseaba de corazón.
Aunque para nada quería rememorar estas fiestas, pero ya que las he traído a mi mente sin querer me acuerdo de África.
También iba a desear felicidad a quien se la merezca, pero no quiero ser presuntuoso.
Otro mito, la soledad. De ella hablan, generalmente los que no la han pasado, como si de la peste bubónica se tratara, y nada mas lejos de la realidad, para mi ha sido una de las experiencias mas bonitas que he tenido.
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