domingo, 5 de abril de 2009

La búsqueda de nuestros sueños e ideales

Salimos al mundo a la búsqueda de nuestros sueños e ideales, pese a saber que a menudo imaginamos en lugares remotos lo que en realidad está al alcance de nuestras manos. Cuando descubrimos el error, nos damos cuenta del largo tiempo que perdimos buscando tan lejos aquello que teníamos tan cerca. Nos dejamos entonces atormentar por el sentimiento de culpa, por los pasos errados, la vana búsqueda y el dolor que causamos.
No debería ser así: aunque el tesoro que anhelas esté enterrado en tu casa, sólo lo encontrarás cuando te alejes.
Si el camino que recorres es el de tus sueños, comprométete con él
.
De Paulo Coelho

Leer el resto He aquí el problema; el mundo de nuestros sueños e ideales lo tengo bien dibujado en mi cerebro, pero que difícil es alcanzarlo, porque como dijo José Ortega y Gasset en las "Meditaciones del Quijote", yo soy yo y mi circunstancia.
Mis ideales los tengo bien ordenados y difícilmente nadie me haga cambiarlos pero hay algo más; para qué sirven los mismos si al menos a una parte de ellos no intentas darle forma.
En cuanto a mis sueños, el tesoro que anhelo, ni mucho menos es material, pero mas difícil de encontrar que el mayor existente en el pecio mas buscado en la inmensidad del océano.
Me alejé, busqué, pero mis circunstancias han impedido que esta búsqueda sea lo suficientemente amplia como para encontrarlo.
En contra de mi voluntad, estoy ubicado en un pueblo demasiado pequeño, eso si, en un entorno precioso, en el que ya no solo conozco a sus gentes, buena en su mayoría, sino que por ser un sitio de paso para muchos, que quizás también busquen su tesoro, contacto con ellos, pero estos últimos no son de mi especie puesto que la prisa por encontrarlo es un defecto que hace tiempo deje atrás.
En su momento comprendí que mis sueños, no los encontraría en la soledad, y aquí como he dicho me relaciono con las personas que con toda seguridad y a su forma tienen algún tipo de inquietudes, hasta el punto que mis tertulias en la playa ya se han institucionalizado, pero no veo que sean las adecuadas para formar esa comuna existente solo en mi magín, en la que la mayor parte de sus miembros al menos tengamos una meta en común.
No busco personas con una amplia cultura ¿cultura?, filósofos, ni grandes pensadores, sino personas sencillas, humildes pero eso si con inquietudes y no estoy hablando de que estas sepan el como solucionar la crisis/depresión mundial, porque en mi forma de ver mi mundo esta jamás nos afectaría.
Llevo unos días viajando virtualmente y cada vez estoy mas convencido de que no encontraré ese colectivo, así que he cerrado el circulo y a estas alturas ya solo me conformaría con encontrar una persona con un mínimo de afinidades con la que conpartir mi vida. La verdad es que cohabitar con un hombre es una cosa que no me seduce, así que sigo cerrando el círculo y en lo que estoy pensando es en una mujer.
¿Encontraré esa mujer por esta parte del mundo en la que me encuentro?
No precisamente en este pueblo. Mis experiencias han sido bastante negativas, pero sé que tengo posibilidades.
¿La encontraría en el mundo que abandoné? Aquí si que la visión se me hace difusa y no puedo ni imaginármela.
¿He de esperar que la fruta madure y caiga sola? No, se perfectamente que tengo que reanudar camino y buscarla pero de nuevo mis circunstancias me lo impiden.
Esta vez recurro a Antonio Machado

Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...


Al pensar en esta búsqueda, aunque enemigo total de las prisas, sin querer veo meridianamente claro de que aunque mi nueva vida la empecé con la energía de los diez y ocho años, mi edad fisiológica para nada se corresponde con la primera, por lo que puedo llegar a mi meta, sin haber cumplido gran parte de lo que me propuse.
Si existes, por favor ¡crúzate en mi camino! Si ambos nos buscamos, ¡hagámonos una señal!


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