Últimos chismes de mi pueblo. Pequeña crónica
El acontecimiento esperado era la llegada de la semana santa, entera de vacaciones para los funcionarios, aunque por aquí han aparecido otros que no lo son, en días que en teoría no son festivos.
Leer el resto Las expectativas de llegada de veraneantes no se han cumplido ni con mucho. Todos me advertían de que me iba a quedar asombrado de la cantidad de veraneantes en especial nacionales iban a aparecer por estas fechas, pero mi termómetro para medir esta afluencia es el camping y la ocupación del mismo no es ni la mitad de lo que fue en navidad. Tampoco en los hoteles han registrado el esperado aflujo, en especial de extranjeros.
Tampoco la pesca va bien, por lo que si sumamos la escasa entrada de dinero por ambos conceptos, las cogorzas (embriaguez, ebriedad, melopea, merluza, mona, tajada, cogorza, moña, llorona, tranca, tablón, turca, curda, juma, jumera, pea, pítima, manta, pedal, pedo, cuelgue, aunque tengo la impresión de que ninguna de estas acepciones es la que se utiliza por aquí) también escasean, aunque fue justo anteayer, cuando uno al que no conocía y que estaba bien tomado, vino a sentarse en mi mesa en la que me encontraba solo, me echo en voz a todo volumen un mitin en contra del gobierno, me pego un par de abrazos, y me costo un trabajo enorme convencerlo de que me dejara de hablar en ingles macarrónico (debo tener una cara de gringo que espanto, puesto que todos los tomados me toman por uno de ellos). Consiguió el muy cabrón lo que muy pocos han conseguido y es echarme de mi mesa y fue en el momento que empezó a tomarse mi fresco al que debió de confundir con una buena dosis de guaro; lo mande a tomar por el culo diciéndole una frasecita que le sonaría a chino: Tu libertad para tomar guaro acaba donde empieza la mía para no tomarlo.
Tras varios intentos, en los que Rolo con su buena dosis de colombiana, decía que tenia preparada una 35 para cargarse al que lo intentara de nuevo, ante lo que le decía que no fuera estúpido, porque sus reflejos en el estado que se encontraba eran tan malos que para cuando el intentara apuntar, ya la policía lo habría cosido a balazos, al fin han tirado el restaurante de Ángela por encontrarse dentro de los cincuenta metros de la línea marítima. Esta ley esta bien e incluso se queda corta, pero la forma de aplicarla debía de ser otra. Esta playa no es la misma sin la casa de comidas de Ángela, tampoco sin ver a Rolo deambular por sus alrededores. Era una construcción típica costarricense, en su mayoría de madera, que en su día será sustituida por otra del horrible cemento que al menos a mí me parece un parche en esta naturaleza. Recordare las conversaciones que tuve en ella con Mónica.
Javier y Carlos han roto lo que parecía ante la vista de los demás una amistad inquebrantable. Los que así pensaban, no conocen lo suficiente al loco de Javier. Motivo, tres coreanos, que por cierto y en especial uno de ellos que se defendía bastante bien en español, vio el cielo abierto, cuando pudo contarme sus penas; con los ticos que solo pretendían venderles cosas, uno tours y otro abalorios, con la droga de por medio motivo del final de la amistad entre los dos primeros.
El coreano con el que hable también merece estudio aparte. Está estudiando en Nueva York económicas, pero mientras decide que es lo que estudiara en un futuro, y ha hecho un paréntesis para pasar un tiempo en Costa Rica y se han ubicado en San José, de donde se han desplazado al complejo hotelero aquí cercano a pasar estas fiestas.
A Carlos a pesar de su perfecto alemán y de su ingles lo han despedido de su puesto de guía, motivo por el que se esta defendiendo organizando tours.
Por aquí apareció Sabas, con su compañera y la hija de la misma. Mucha alegría de verme y de nuevo se me ofreció para ayudarme en la solicitud de mi residencia. Esta de jefe de la empresa que ha despedido a Carlos. Gana 7.000 colones diarios pero se gasta 8.000 en desplazamientos; sus ganancias provienen de las propinas, aunque están institucionalizadas y les llaman otra cosa. Le pregunto por su amigo Hanzell, y me dice que su compañera lo abandonó por sus excesos con el guaro, se fue a vivir a otra parte del país, pero el la siguió. Nada saben de ellos.
A Raquel y a Oscar los veo muy enamorados. Es el primer noviazgo serio que veo en Costa Rica; pasean cogidos de la mano, se sientan en un banco da la playa y se hacen arrullos que por aquí nunca los vi. Ambos se merecen un final feliz. Le pregunto que para cuando el final de la pesca y me dice que tiene en proyecto colocarse en la construcción de un complejo hotelero, pero difícil veo que con la crisis actual se lleve a cabo.
Las casas de pescadores junto al embarcadero, situadas también dentro de la línea marítima, se ha retrasado su derribo por los oficios de los abogados estafadores que perfectamente saben cual será su final, pero que mientras, les están sacando el poco dinero que ganan en el desempeño de este oficio. El embarcadero, de hierro, es tal su estado de corrosión, que un día de estos se vendrá abajo el solo, para regocijo de los especuladores gringos que verán el camino abierto par construir un puerto deportivo para millonarios. Que dios salve a esta bahía de la barbarie del hombre que por cuarenta monedas mata la naturaleza y asesina su belleza.
Manuel que tuvo su artilugio flotante, en un principio me hizo gracia su extraño diseño, más de un mes varado en la playa, ya afeaba el precioso paisaje de la bahía. Sabía que ya había reparado uno de los flotadores, motivo de su arribada, pero no había forma de que lo devolviera al mar que era su sitio. Por fin llego la marea alta, momento en el que la devolvió al liquido elemento y la tiene fondeada frente a su vivienda haciendo la función de dormitorio que es la que él le ha dado.
Las cabinas de mis vecinos de Atenas, se ha vuelto a ver concurrida durante la semana santa, pero a nadie de sus actuales ocupantes conozco.
Mientras esto escribía acabo de recibir noticias de Diego. Yo le había escrito al canadiense pidiéndoselas. Todos se equivocaron con él al igual que con Javier. El que menos lo veía tomando por el culo del canadiense cuando este en alta mar se viese necesitado, pero ha sido a la inversa, Diego ha jodido al canadiense, en Flamingo, largándose pero llevándose con él una cámara (Canon 30D) de 5000$. Ya le regañare cuando lo vuelva a ver, pero ese es Diego.
En cuanto a mi, qué decir de mi eterna solicitud de residencia; sobre este tema, mas que una crónica algún día escribiré un libro. En realidad no se en que situación legal me encuentro. Gracias a Vanessa que me puso en contacto con Fernando de San José y se ríe de mí cuando le cuento mis aventuras con esta puñetera administración; termina diciéndome que no me preocupe que todo en esta vida se soluciona.
En mi ultima visita al manglar descubrí lo cerca que tengo la naturaleza salvaje.
La bonita experiencia que tuve con una mujer tica también la doy por terminada. La vida sigue.
Mi último escrito lo acabe diciendo: Si existes, por favor ¡crúzate en mi camino! Si ambos nos buscamos, ¡hagámonos una señal!; pues bien, al parecer la señal ha llegado para bien o para mal.
Se termina el verano y pronto llegara la época de lluvias, y aunque para los habitantes de esta región significa falta de turismo, volverá la gama de verdes tan atenuada por la sequía.
Volveré.
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