Llego el invierno. Llegaron las primeras lluvias

Aunque sigo sin comprender el por qué a la época de lluvias, en este país, se le llama invierno, por aquello de a donde fueres haz lo que vieres y en este caso di lo que dijeren, a partir de ahora, siempre la mencionaré como invierno.
También es verdad que había llovido en toda Costa Rica e incluso a pocos kilómetros de aquí.
Para mi la humedad ambiente se me hacia asfixiante, por lo que deseaba llegaran y esta tarde cuando me iba para ver el atardecer en mi bahía, el cielo amenazaba lluvia. Otros días había amenazado y no llovió, así que no confiaba que lo hiciera.
En los Gitanos, cojo mi refresco y me siento en mi mesa. Había cuatro chavales jugando al balón bolea. Observo una concentración de nubes encima del lagarto y fijándome mas un pequeño tifón recorriendo el golfo. Intento fotografiarlo y puñeteras prisas no tenia la maquina en la posición correcta.
Cuando veo una cortina de agua sobre el mar que iba quitando la visibilidad, me dije esta vez si va en serio.
Me había prometido en los días de calor asfixiante que cuando esto ocurriera, me bañaría en ella, por lo que puesto de pie y la cara hacia arriba, he estado un buen rato, notando el salpicar de las gotas sobre mi piel. Llovía fuerte. La tierra no era capaz de absorber tanta agua por lo que lo que en un principio eran torrenteras, se convirtió en una laguna.
Si alguien me ha visto habrá pensado que el único loco de este pueblo no es mi amigo Javier.
Lo que si es seguro es que si repito lo haré en otras condiciones. Que la ropa se me mojaría lo daba por hecho, pero no pensé en el tabaco, mechero, máquina fotográfica y cartera con documentos; todo lo he tenido que poner a secar especialmente los documentos.
Estoy contento. Tengo la sensación de que el agua ha purificado mi cuerpo.

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