viernes, 12 de diciembre de 2008

A la tercera la vencida. Conocer san José

Todo es según el color del cristal con que se mira, y esto viene a cuento de las diferentes formas de ver el mundo que nos rodea, dependiendo de la mentalidad, el estado de ánimo y una serie de circunstancias que no nos dejan ver la esencia de lo que miramos.
La primera vez que visite San José, venia con mi mentalidad de europeo y la vi como una ciudad larguirucha, sin edificios altos, tan acostumbrados a los que estamos, con casas que me parecieron viejas y de un tipo de construcción vetusto.
En mi segundo viaje, entre las putadas que me gastaron en la embajada española, la repetición de documentos, la falta de timbres en los mismos y el tener que pernoctar en la misma sin tenerlo previsto, hicieron que mi estado de animo fuera el de un ser furioso que no me permitía ver a dos palmos de mi nariz. Ayer fue mi tercer viaje y a pesar de gastarme parecidas bromas al del segundo, mi amigo Javier empezó por llevarme a desayunar al mercado central con el que empecé a alucinar, alucinación que fue en aumento, conforme me iba llevando por sitios que pocos como él conocen. Hacia muchos años que no disfrutaba como lo hacia ayer, y seria difícil describir mis emociones por lo que voy a colocar las fotos que fui tomando y en algunas pondré comentarios. Puede que el que las vea les parezcan las típicas fotos de un turista, pero para mí cada una es una pequeña historia.
Leer el resto y ver mas imagenes Como iba a imaginarme que en plena avenida principal, iba a existir un mercado construido en 1.880, en el que se podía encontrar cualquier cosa imaginable. Aunque no guarden ninguna relación, me recordó a los zocos árabes.







Eran las nueve de la mañana cuando Javier decidió entrar en el Mercado Central a desayunar. Había cantidad de restaurantes si es que se les puede llamar así. Pidió una “olla de carne” (Hay diferentes tipos de ollas). El plato, el cual iba acompañado de su buen tazón de sopa, no se lo saltaba un galgo. Yo hubiera tenido comida para una semana. ¡Con que apetito se lo comía!

Un día de diario y la cantidad de gente que había hacia difícil el caminar.

Aunque no se vea en la imagen cuando Javier le cogio la mano a la estatua de Botero para que lo fotografiara, los/as que por allí pasaban se destornillaban de risa.



En plena calle un concurso de coros infantiles.

Son varios los grupos de músicos que vi cantar acompañados de sus guitarras y que viven de las monedas que les echan los que por allí pasan. Pienso en la poderosa televisión que en un concurso de mierda, hacen famosos a niños/as sin más meritos que su belleza.







Son varios los años que Javier vivió en San José, y entre los diferentes “oficios” que desempeñó, uno fue, a la puerta del teatro nacional, vender una moneda para coleccionistas, la cual se quito de la circulación porque aparece la bandera de Francia en vez de la de Costa Rica.













Este grupo tocaba música andina.







La historia se repite. Llevamos los documentos a la Dirección Nacional del Notariado, a Xionara, bonita muchacha, que no se le escapa una, nos dice que están mal. Vuelta al notario a que los corrija y a comprar mas timbres cosa que daba por echo que faltarían.
Para algo tenia que valer tanto viaje; Xiomara que me confeso que a los españoles no podía verlos, me dijo que al ver que después de tanto puteo, me lo había tomado a broma, había cambiado su concepto de los mismos.







Junto a la estación de autobuses, nuevo mercado, muy similar al de la avenida principal, en el que como es lógico Javier vuelve a tomarse otro platazo de comida.





Las cosas de Javier

Todo me tenía que ocurrir en este viaje. En el autobús de vuelta, conocimos a Graciela y a Eleonora, dos españolas que aparte de ser preciosas muchachas, son valientes y decididas. Empezaron hace dos meses su viaje en Méjico, y utilizando todos los medios de transporte a su alcance, incluyendo una avioneta, y sin reserva en hoteles, han recorrido toda America central. Lo pasamos bastante bien.
Iban a un pueblo cercano al mío. Lastima que son muy pocos los días que les queda para volver a España.


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