miércoles, 2 de mayo de 2007

Don Rafael Navarro Pichardo

Don Rafael Navarro Pichardo
Quiero darle las gracias a mi psiquiatra, don Rafael Navarro Pichardo, excelente persona y mejor profesional. Me dio sus cuatro teléfonos, su mail, la dirección de su casa y la advertencia de que cuando me encontrara mal, no dudara en ponerme en contacto con él. Un papel doblado con todos estos datos, aun lo llevo en el bolsillo y su propia existencia hace que me encuentre protegido. Ahora comprendo a las viejecitas que llevan en el bolso la estampita de San Cucufato. Es mucho mas lo que podría contar de él, pero solo añadiré que el sistema no sería el mismo con personas así. Dudo que no esté mal visto por el mismo.Me acuerdo cuando me contaba, que cuando el escogió esta especialidad dentro de la medicina, sus compañeros se reían. Ahora todos esos guasones, acuden a él, porque si no son ellos los que tienen el perolo jodido, es alguno de sus amigos o familiares. ¡La de vueltas que da la vida!Gracias a él, creo en los curanderos. Su sola presencia y la conversación distendida que teníamos, hacia que saliera de su consulta completamente convencido de que ya estaba curado. Era y sigue siendo mi clavo ardiendo y digo que sigue siendo porque aunque estoy convencido que lo peor de la tempestad ya ha pasado, aun tengo bajadas, pero sabiendo que el está ahí, cada vez son más cortas.

Búsqueda en Google de:

1 comentarios:

Anónimo dijo...

le dedico a usted y a aquellos de los que pasaron por lo mismo este poema.
Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.