jueves, 3 de enero de 2008

Mi ascetismo continua despues del fin de fiestas

Me desperté. Silencio absoluto. No veía luz por la ventana y lo primero que pensé es que mi reloj biológico me había jugado una mala pasada. Conforme Morfeo me iba soltando de su abrazo, fui tomando conciencia de que me había despertado de la siesta. Ya cuando me acosté escuche el coche de mi hijo y me figure que ya se iba, y mi hija ya me había advertido que probablemente ya no estaría cuando me despertara. Llovia; tarde gris, y el salón iluminado por el destello de las luces del árbol de navidad. Sabia que se habían acabado las fiestas, encendí una lámpara y la culminación de las mismas, llegó definitivamente cuando apagué el árbol.
Me vine junto al ordenador, me habían estado trasteando en él y tenia un buen virus; el antivirus no lo había detectado y como a cabezón no me gana nadie, intente deshacerme de él con mis inventos. Al final el puñetero me ha ganado y hoy después de volver a intentarlo, lo que he hecho es pasarle un backup, que me deja el PC nuevo en media hora. El día hoy también ha estado lluvioso, por lo que apenas he salido fuera.
La verdad es que no me puedo quejar de estas fiestas. Mi hija con su marido y mi nieto han estado aquí desde el día veinte y cuatro, y mi hijo que el día de Noche Buena lo paso con su madre, cuando volvió también se vino aquí. Mi hija no me ha atosigado con las comidas, así que de toda la variedad que se suele poner por estas fechas, solo he picado de lo que se me a apetecido y la cantidad que he querido. Apenas he visto la televisión por lo que me he librado, ya no solo de los anuncios de colonias, sino de los programas descaradamente enfocados al consumismo y aunque ya hace años que no tomo las uvas con las doce campanadas, este tampoco y he brindado, por no hacerle el feo a los míos, pero con zumo de naranja. Otros años mi subconsciente pedía, como deseo para el año venidero, el final para mi depresión y este, ni eso, lo cual para mi es una muy buena noticia. Aunque tengo una buena colección de villancicos, me he hecho el loco y como nadie los ha pedido, no he escuchado uno solo. Mi hijo encendió la chimenea y aunque tuve que parar la caldera de calefacción, la verdad es que ver el fuego me encanta.
Me llamo Jean Marie el día de Noche Buena y hable con mi cuñada; volvió a hacerlo el de Noche Vieja, y esta vez también hable con Natalie y con Joaquín al que le eche una pequeña regañera. El día de Noche Vieja llame, llamé a mi hermano Manolo y también hable con Lucy y con Rosa. Ya por ultimo ayer vino a verme una de las hermanas de mi ex con su marido y sus hijas. La verdad es que aunque hoy he estado con la mente ocupada, me sobrevuela el que vuelvo a estar solo y que he de acabar lo que tengo pendiente, si es que alguna vez puedo, o me dejan, irme de este puñetero país.

Búsqueda en Google de:

0 comentarios: