sábado, 19 de enero de 2008

Testamento/despedida de Enrique Urquijo

Para los que hayan seguido un poco mi diario, puede que piensen que estoy obsesionado con la muerte. Son muchas las veces que aquí la he citado, pero nada mas lejos de la realidad, paso olímpicamente y si otra vez recurro a ella es porque cada vez son mas los casos en que voy descubriendo a gente que en su momento la deseó; unos, entre los que me encuentro, escapamos por pura casualidad, pero la gran mayoría quedaron por el camino como es el caso de Enrique Urquijo. Lo que no sabia de este último es la historia tan dramática/bonita de una de sus canciones o al menos así lo interpreto yo.
Para los que no sepan quien fue, ni su , diré que Enrique, junto a sus hermanos Javier y Álvaro y su amigo del (Con posterioridad a este escrito un ex alumno de este colegio me hizo un comentario al que dedique un ) Canito, formaron el grupo Tos, que tras la muerte de éste, denominaron Los Secretos. El concierto homenaje al batería desaparecido, conocido como "Homenaje a Canito" en febrero de 1980, se considera el inicio de “la movida madrileña”. Pasó la mitad de su existencia sumido en un círculo vicioso que le llevaba de la depresión a las drogas (Por cierto me estoy acordando de ti amigo y si lees esto dame una señal de que existes), hasta que un día Enrique fue encontrado muerto en el portal del nº 23 de la calle del Espíritu Santo en el barrio de Malasaña en Madrid sobre las 9 de la noche del miércoles 17 de noviembre de 1999.
No sabia que había tenido una hija a la que antes de morir compuso una canción, que tantas veces he escuchado, y que para mí fue un anuncio/despedida: Agárrate a mí, María.
La verdad es que sabiendo esto, vuelvo a escucharla, y me emociono. ¡Yo si te comprendo, Enrique!



Búsqueda en Google de:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo viví ese mismo tiempo, y en ese mismo colegio.
Yo también viví una depresión que me pareció eterna.
No me parece casual que saliera tanto depresivo de ese preciso lugar/colegio/x (también han salido de él grandes "tiburones" -los "fuertes", claro- )
Nada es casual. Casi todo es causal, en una interminable cadena.
Yo también salí de una, aparentemente eterna, depresión.
Pero no sin lucha.
Se sale. Se sale si no tiras la toalla.

Es bonita la historia de María.
Y me has hecho recordar la primera vez que oí "Déjame"... en la capilla-escenario del colegio, el tempo infinitamente más lento y melancólico que el que la gente ha conocido después. Poca "movida" todavía.

Gracias por tu blog.
Y me alegro de "lo tuyo"
:-)
Yang

Perro verde dijo...

Amigo Yang, gracias a ti por este comentario. Te respondo en este escritoSaludos