sábado, 9 de junio de 2007

Aquí solo puedo contarle mis penas a mis perros

Esta visto que la vida es una caja de sorpresas. Hoy ha sido el teléfono el encargado de dármelas, primero despertándome; hacia infinidad de tiempo que no lo hacia al son de un timbre que por otra parte es lo normal en la mayoría de los mortales, de esta parte del mundo ¡claro! La segunda, estaba quitando las flores secas de los geranios que tengo colgados en el porche, cuando vuelve a sonar. Como he dicho en mi anterior comentario, esperaba que me preguntaran por la señora de la casa, pero ¡oh sorpresa!, no preguntaban por ella, sino que me preguntan si soy Pepe. Era una mujer y la forma de presentarse, es que una amiga suya le ha dado mi teléfono, recomendándole que me llamara, que era una persona muy agradable. También hoy me entero de que soy agradable. Antes de seguir, misteriosa amiga, te diré que mi teléfono que yo sepa, solo lo conocen cinco personas, de ellas dos son hombres y una tercera es mi hija, lo que hace que me pongas muy fácil averiguar quien te lo ha dado, pero ni te preocupes, que no voy a hacer el mas mínimo esfuerzo por intentarlo. Después de todo aunque no te lo creas me has dado una alegría, como digo en alguna parte de este que intento sea mi diario, aquí solo puedo contarle mis penas a mis perros, por lo que me hace bastante bien hablar de vez en cuando con los humanos. La música de tu voz, que quieres que te diga, me sonaba a la de una persona que conocí, que también vivió en unas islas aunque no precisamente las Canarias. La verdad es que me quedo con que no me he equivocado, hasta cierto punto, como te dije siempre es agradable que se acuerden de uno Toda mi vida, estúpida por cierto y sin ocultar nada, la tengo publicada en este medio que no quieres ni ver porque cuando hablas con alguien te gusta mirarle a los ojos, pero con esto te digo que nada tengo que ocultar y en el tiempo que hemos hablado te he hecho un resumen de la misma, cosa que tu no has hecho. Hemos dejado claro unas cuantas cosas como que los dos estamos divorciados y coincidimos en que no uniremos nuestras vidas a ninguna persona del género opuesto. Has quedado en llamarme nuevamente y te espero con ansiedad porque pocas ocasiones vamos a tener de hablar de nuevo, puesto que si quieres hacerlo, como te he dicho me falta poco que estar en este país, y lo mas probable es que donde vaya no conozcan ni el teléfono, por lo que seguiré comunicándome con el resto del mundo a través de Internet, así que tendrás que aprender a manejar este aparato.
Un abrazo

Búsqueda en Google de:

0 comentarios: