miércoles, 13 de junio de 2007

Somatizar el dolor del alma

Después de salir de la piscina, que aunque ya poco pero algo me reanima, me atrevo a salir a esta ventana, lo que quiere decir que me encuentro mejor. Parece me ha pasado la maldita ansiedad, aunque me imagino, que aunque es un dolor externo al cuerpo, la mente lo somatiza en agotamiento y así es como estoy ahora, como si hubiera realizado un esfuerzo enorme.
Siempre he dicho que la mente es maravillosa, aunque te juegue malas pasadas, y lo malo pasado, lo oculta con bastante rapidez, por lo que no se el tiempo que estado fuera de este mundo y aunque puedo saberlo, no me interesa. Me interesa que soy capaz de estar escribiendo.
¿Qué recuerdos tengo de estos días? La conversación telefónica con mi enigmática amiga, que aunque fue una investigación descarada, sobre la vida que llevo y yo me hice el bobo siguiéndole la corriente, se perfectamente quien es y lo que me duele es que utilice semejantes subterfugios para investigarme y pasarle la información a otra persona. No creo vuelva a llamarme aunque quedó en ello. Yo que quiero romper con mi pasado, me pregunto ¿el por qué estas personas no me olvidan si yo no les he hecho ningún mal?
Aunque no me he acercado por la cerca electrificada, parece que ya ha surtido efecto, porque se perfectamente que durante estos días mis perros no se han ido de parranda. Al Fideo no acaban de aceptarlo el Chumbo y la Penca, por lo que cuando me ve se deshace haciéndome fiestas, me imagino que en agradecimiento por aceptarlo yo.
Ya tengo fecha para la vista del divorcio y recuerdo que haciendo un gran esfuerzo, llame a mi abogada diciéndole que si seguía en el estado en el que estaba, que se olvidara de que yo fuera a la misma. Aparte de consolarme y decirme que tenia que hacer un esfuerzo, quedo en llamarme.
Ha venido un pintor que ya tenía apalabrado hace tiempo y ayer empezó con el porche. Hoy no se por qué causa no ha venido.
De todo esto lo importante es que he sido capaz de salir otra vez a la puerta abierta de mi blog.
Como siempre el único consuelo en estos perros días, me ha venido a través de la red. He echado de menos a mi amiga Dedie, pero sus motivos habrá tenido.

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