jueves, 27 de diciembre de 2007

¿Feliz Navidad?... ¡Quizás no tanto!

A lo largo de todo mi diario vengo insistiendo sobre la crisis de valores a que nos esta sometiendo esta puñetera civilización que nos están imponiendo y que llegara el momento, si es que no ha llegado ya, en que la cosa no tenga retroceso y habremos hecho un mundo desgraciado, en que nuestras mentes estén tan obnubiladas, que solo veamos trabajo esclavizante, consumismo estúpido, degradación de la familia, si no su desaparición y que intentemos escapar de ella, pero nuestra mente nos la tendrán tan atrofiada que ni sepamos como hacerlo.
Los otros días comentaba sobre lo que eran las navidades y lo que son ahora, pero por no amargarle las fiestas a los que por aquí se acercan, no me extendí mucho en hasta donde hemos llegado.
Aunque los datos que doy son referidos a España, estoy seguro que en el resto del primer mundo, no solo no son inferiores, sino que aumentan, y ahí van algunos de ellos:
El mayor número de divorcios se producen en el primer trimestre del año, o dicho de otro modo, son consecuencia de estas fiestas.
De los cuatro millones de españoles que están siendo tratados de depresión, el 17%, recae por estas fechas, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
La mitad de la población de este país, lo pasa mal o muy mal durante las navidades y ni regalos ni luces ni villancicos solucionan nada, tan solo alargan el sufrimiento porque aplazan la solución de los conflictos.
En las familias españolas hay una corriente de agresividad que se manifiestan durante las reuniones anuales de estas fechas, que, en ocasiones acaban como “el rosario de la aurora” (Teléfono de la Esperanza)
Quizá el origen de estos males sea la evolución social de unas fiestas que fueron plurinucleares y se compartían con primos abuelos, tíos, vecinos, todos reunidos en la misma casa y que hoy se contemplan como unos días para viajar.
Hay mas de 400.000 niños que comparten las fiestas entre la casa de papá y de mamá. Según la Organización Mundial de la Salud, es preocupante el aumento de la depresión infantil. La soledad y la depresión son la peste del siglo XXI.
Según el informe sobre jubilación, AXA, el 20% de la población activa, tiene sentimientos de soledad.
Los días previos a Navidad y Año Nuevo, veinte de cada cien personas piensan en acabar con sus vidas.
¿Tan ciegos estamos que no nos damos cuenta de que vamos por el camino equivocado.

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1 comentarios:

Gaby Gaby dijo...

Puedo incluirme en ese grupo... en alguno de ellos, la navidad tiene un significado triste en si, no la fecha, no su sentido religioso, si no todo lo que conlleva... me pone triste!!!
Sin embargo, espero de buena gana, tratar de llevar "la fiesta en paz" y procurarme a mi manera mi mejor navidad.
Saludos