lunes, 10 de diciembre de 2007

Poemas de Myriam

Myriam, tiene vivencias para escribir un libro sobre su vida pero, humilde ella, dice que la suya es una mas. Ya que ella no se atreve, aquí pongo algunos de sus poemas pensando en que al verlos publicados, se anime.

Los recuerdos pequeñitos
A veces me inundan los recuerdos pequeñitos.
Me invaden de repente, me anegan la memoria
Aparecen oportunos cuando el dolor amenaza quedarse para siempre dentro de mí.
Son chiquitos: son olores, trocitos de paredes, afectos ignorados que atesora el inconsciente, pedacitos de la infancia que sin saberlo nunca se olvidó.
Entonces, cuando llegan, abro paso y espacio a su protectora sensación: "Bienvenidos sean ustedes, yo me entrego por entero".....
Los recuerdos pequeñitos tienen, sin embargo, una contraindicación: generan adicción.

Te regalo un atardecer...
¿Habrá un atardecer como éste para ti?
El sol cae, y las sombras avanzan
Más todavía en último alarido
el cielo se ha poblado de oros y naranjas...

Te regalo este atardecer...
No para hoy, sino para mañana
cuando el otoño
se convierta en primavera

Cuando la bruma del olvido, el implacable
me lleve del abismo hasta la nada.
Cuando mis pájaros no canten,
cuando mis violetas hayan muerto.

Te regalo este atardecer para cuando yo no esté....
y las alas de mis mariposas
en un esfuerzo agónico,
vayan a estrellarse en tu ventana....

Y ahí esta, la primavera
Sin querer despegarse de la brisa.
Ahí están las violetas remolonas que se le pegan, mis violetas del año entero.
Y las mariposas que se esconden, para golpetearme los ojos, sorpresivas.
Y ahí está el tiempo que transcurre, madejando y desmadejando, avance y retroceso y limpiar el alma y avanzar de nuevo.

Está ahí, y aunque se va, siempre se queda, quedadora fiel y querendona, alas mágicas de mariposas mágicas de polvos mágicos sembrados en las ventanas que se abren y se cierran pero siempre dejan una rendija abierta.

Mi alma está en silencio, y espera.
Es noche aún, pero vendrá el amanecer y el nuevo día traerá soles nuevos compañeros, y las nuevas alegrías barrerán viejas tristezas....


Tener un sueño...
Alimentarlo, regarlo cada día con un poquito de ilusión. Y ¿por qué no? también una buena dosis de melancolía.
Y otra de buen humor
Tener un sueño y soltarle el hilo en primavera, cual si fuera un barrilete volando orondo hacia el sol.
Y acunarlo cuando llega la noche y las sombras lo rodean.

Tener un sueño, y quererlo y protegerlo.
Hacerle un cerco y resguardarlo de la envidia, arma infaltable de la mediocridad.

Tener un sueño, y loquear juntos, de la mano, y hasta atados de los pies, porque total, cuando uno es propietario de algo tan sagrado como un sueño, no hay atadura que no se quiebre ante las alas invisibles de la locura....

Brindo por la locura de pelear todas las batallas, y la locura de emocionarse ante una hormiga o una flor: brindo por la locura de sentirse niño despojado ante el dolor, brindo por la locura que no se afana por más valor que el intangible; brindo por la locura de amar la vida pese a todo.

Y que todos podamos un día volvernos locos de ese amor...

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