viernes, 23 de mayo de 2008

Panamá, proyectos y acabo en crisis de ansiedad

Anteayer venia del pueblo de hacer mis compras semanales y mientras iba con la moto esquivando baches, pensé en mi viaje a America. Rápidamente me vinieron a la mente Costa Rica y Nicaragua, pero sin saber el por qué se me atravesó Panamá. es un pensamiento recurrente ¿El por qué mi obsesión con los dos primeros? Ciertamente es verdad que los árboles no te dejan ver el bosque. Ya de vuelta lo primero que hice ponerme a investigar sobre este ultimo país y busque contactos a los que poder pedir información sobre él y mira por donde doy con un chaval español Ingeniero en Sistemas por la Universidad Complutense de Madrid, del que investigare bien las causas por las que decidido a irse a trabajar allí, al que le puse un correo y tardo poquísimo en contestarme. Por lo que me contaba no iría muy descaminado si fuera este país que eligiera. Rápidamente a buscar información sobre el pueblo que me recomendó, vuelos a este país, aunque al llegar al apartado de vivienda, al igual que para los otros la información va dirigida a los Norteamericanos y lo que anuncian son fincas de varias hectáreas; nada que ver con lo que yo busco.
He hecho algunos cambios en la medicación de la depresión, y desde que lo hice creo que voy mejorando, aunque ayer sentía algo de ansiedad. Lo supere tomándome un ansiolítico y ya con las cosas mejor pensadas le puse otro correo a Carlos, el español residente en Panamá. Por la tarde hable con Eva y con Juani al que encontré un poco agresivo con sus ideas, pero no estaba para rebatir nada. No me acosté muy tarde y por la mañana, me despertó mi hijo por la ventana de mi dormitorio, la cual ya dejo abierta por las noches. ¡Dios! Dormí casi doce horas de golpe. Suponía que iba a ser un buen día para mí, pero fue un día fatal de ansiedad. Limpiarle los filtros de la depuradora a Eva mientras, limpiaba el fono de la piscina, asomarme al camino donde una maquina esta echando zahorra en los baches y ver como Jose ha tapado con ladrillos los huecos por donde se escapaban los perros me supuso un gran esfuerzo.
Después de la siesta me levante cansado y me continuaba la ansiedad. Fueron cinco ansiolíticos que me metí en el cuerpo. Mis hijos se fueron para ir a la feria del Corpus, momento que aproveche para echarme nuevamente en la cama, y cuando me calme un poco me tire a la piscina a ver si el fresco me animaba, cosa que conseguí, pero después fue sentarme en la mecedora, y ni recuerdo como, me dormí y no se la hora que seria cuando pase a la cama. Hoy me he levantado a las nueve y como siempre la esperanza es que voy a estar bien, pero no es mucho lo que tardo en darme cuenta de que no puedo ni arrastrar las piernas.
Seguiré luchando. Mal empiezo con Panamá.

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