Poesías y premoniciones

No creo en fantasmas ni en fenómenos sobrenaturales. Creo que todo lo que ocurre en Gaia tiene su explicación, aunque los científicos se rían de lo que se ha dado en llamar paranormal, pero ya he dicho mas de una vez que estos cuando no son capaces de llegar al fondo de un fenómeno te remiten a la filosofía o a los cuentos de hadas.
Me encanta la música, pero cuando yo era un workolic, al igual que todos los que están imbuidos en el sistema, no tenia tiempo de escucharla; ahora me estoy desquitando. He hecho dos selecciones, una de música de toda la vida sin distinción de idioma, país o cantante, pero que me regalan el oído que es lo importante; lo mismo he hecho con los cantautores. Ayer mientras digitalizaba fotos, escuche por enésima vez Gacela de amor desesperado, cantada por Amancio Prada; algo me llamo la atención y volví a escucharla no se cuantas veces mas. Investigare cuando la escribió García Lorca, pero la que yo tenia por una poesía en la que se exaltaba el amor, ayer me pareció un anuncio del desenlace fatídico que tuvo su vida. Rápidamente me acorde de mi amiga Dedie que fue quien me la recomendó. Vuelvo a decir que Dedie en los momentos en que me encontraba hundido, tenia la palabra justa para animarme, cosa que le estaré eternamente agradecido, pero después del giro que le di a la poesía del gran poeta, me fui directamente a su blog (Al cual no os remito por no se que extraña sensación) y no quiero ni pensar que lo último que dejó ella, fuera otro anuncio funesto. Que Dios (Y esta vez lo escribo con mayúscula) no lo quiera.
¡Por favor! Dedie, bien en tu blog o en el mío dime ¡hola!
Aquí no acaban las premoniciones. Me voy a ver la televisión, y zapping, hasta que en una cadena de quinta categoría, veo echan una película, ya empezada, pero a pasar de ser española, por el hecho de que trabajara Alfredo Landa, actor como los que ya no se ven, es lo que veo. ¿De que trataba la película? Federico, no murió cuando lo fusilaron y se encontraba entre nosotros.Tengo mucho tiempo para pensar y la imaginación es incontrolable.

Con posterioridad a este escrito, Dedie apareció.

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