lunes, 4 de febrero de 2008

Los primeros recuerdos. No soy ningún portento

Me imagino que muchos nos hemos preguntado alguna vez cual es el primer recuerdo que tenemos de nuestra existencia. A mí en particular siempre me viene el mismo: Una escena en la que mi madre y una tía suya lavaban a mi hermano recién nacido en una vasija a la que por aquel entonces en mi pueblo le llamábamos zafa (La he buscado en todos los diccionarios y no la encuentro). Yo a mi hermano le debo llevar dos o tres años por lo que me creía un portento de memoria, pero por ahí que los niños son incapaces de recordar los hechos ocurridos durante la edad más temprana porque en esa época carecían de la habilidad de expresarlos mediante palabras, por lo que los recuerdos no pueden ser procesados. Estos son los resultados de un estudio sobre aprendizaje temprano realizado en la Universidad de Otago, en Dunedin, Nueva Zelanda. La habilidad de los niños de ofrecer una descripción verbal del hecho parece congelarse en el tiempo", explica Hayne. Por ejemplo, si el bebé no conocía el término pelota en el momento del juego, pero utilizó una, aunque un año después sí conociera dicha palabra no la incluía en su descripción. La mayoría de los bebés empiezan a pronunciar sus primeras palabras entre los diez y doce meses. A esta edad las palabras más comunes son mamá, papá, agua, yaya, etc. Para empezar a hablar influyen varios factores como son el carácter o la estimulación. De todas formas, ya puestos anotaré los que guardo como si fuera en pequeños nichos de mi mente.
Vivíamos en una casa de vecinos con patio comunal, que en su tiempo fue vivienda de la emperatriz Eugenia de Montijo y que estaba situada en una calle llamada rambla del Manjón y un día que diluvió, inundo todas las viviendas de la parte baja, por lo que los que vivíamos en ellas, tuvimos que subirnos a las viviendas del segundo piso en las que había una especie de pasillo rodeando el patio y yo me veo apoyado en la baranda mirando el agua.
Día siguiente. Recuerdo la calle llena de grandes piedras, pero la imagen que mas se me ha quedado es la de un hombre con la cabeza vendada.
Tercer recuerdo. Este no lo describo. Es sexual. No se quien era mas promiscuo, si la niña o yo, aunque tengo señales de que fue ella.
También recuerdo la casa donde nací. Esta al parecer si la han conservado como monumento. Tenía otro patio en el centro de las viviendas, y en ella había como una especie de sótano al cual se accedía mediante unas escaleras. La recuerdo con miedo.

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