¿Desaceleración?… ¿Crisis?... ¡Hasta las narices estoy!
Jamás había visto tanto experto en economía, combustibles fósiles, combustibles no fósiles, globalización, euribor y demás zarandajas con las que confunden al personal.
Los políticos no dan su brazo a torcer y el tema con que nos tienen aburridos es el nombre que se le da al estado de la economía que ya esta afectando y no poco a los bolsillos de sus votantes, y dependiendo con el nombre con que la bauticen, las intenciones de voto, pueden irse para unos o para otros, y en vez de decirnos que soluciones van a adoptar, soluciones que creo no tienen, o mejor dicho las tienen pero bajo ningún concepto pueden darlas a conocer, nos marean la perdiz hasta la desesperación intentando darle un calificativo.
Años ha, cuando se empezó a hablar de la globalización, tengo que reconocer, que, y pobre de mi, me gusto la idea. Me imaginé la desaparición de las fronteras, un gobierno mundial, para el que todos sus súbditos fueran iguales y cosas por el estilo, pero conforme pasaba el tiempo, me fui dando cuenta que no era eso, ni nada parecido, sino que era la globalización de la economía por los mercaderes. Trasladaban la manufacturación de sus productos a los lugares en la que la mano de obra fuera barata con el único fin de aumentar sus beneficios, pero los países de lo que llaman el primer mundo, poco a poco se fueron dando cuenta de que no podían competir, por lo que se adaptaban al nuevo sistema de producción, o se rompía la cuerda y la única forma que tenían era ir reduciendo los costes de producción y como es lógico lo hicieron por la parte mas débil, los trabajadores.
Se acabo el estado del bienestar.
En Europa ya hemos tenido el primer aviso con el paso de las 35 horas semanales a las 65, pero que nadie se haga el cuerpo de que aquí acaba la cosa, ya hace tiempo que nos están avisando que la seguridad social es un lujo que no se puede permitir, por lo que no falta mucho para que desaparezca. Ya se habla de población excluida, sociedad de los dos tercios, desempleo, precariedad laboral, riesgo de perder el empleo a los 50 años, dificultad de obtener su primer trabajo en los jóvenes y seguiría, pero lo peor de este estado de cosas, es que se esta llevando a cabo a tal velocidad, que nadie puede comprender, después de haber pasado, una época de relativa prosperidad, que a él le puedan estar pasando estas cosas, por lo que la depresión no es que vaya a ser la enfermedad del siglo XXI, es que encima si quieres acudir a un psiquiatra, te lo tendrás que pagar de tu bolsillo, cosa harto difícil, por lo que el numero de suicidios cada vez ira en aumento. Es más que una crisis. También puedes acercarte por la entrevista que en su día le hicieron a Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001.
En mi época, nuestros padres soñaban que sus hijos tuvieran un futuro mejor que el de ellos y lo consiguieron, por lo que me pregunto si hemos perdido la dignidad. No es solo que veamos con pasividad que nuestros derechos vayan desapareciendo, sino que no hacemos absolutamente nada por intentar mejorar, en todos los aspectos, la herencia que les dejamos a los nuestros.
¡Me avergüenzo de mi mismo!
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1 comentarios:
"Años ha, cuando se empezó a hablar de la globalización, tengo que reconocer, que, y pobre de mi, me gusto la idea. Me imaginé la desaparición de las fronteras, un gobierno mundial, para el que todos sus súbditos fueran iguales y cosas por el estilo ..."
Tú lo has escrito ... y sigue habiendo muchísima gente que piensa como tú pensabas; y que cuando intentas razonar con ella no se apea del burro. O estás preparado mentalmente para aceptarlo, o no lo estás. Y la mayoría, mientras le siga funcionando bien a ellos, no lo está. Si la tele, la prensa y los políticos no lo admiten, ¿cómo van ellos a poner en duda el crecimiento por el crecimiento, la globalización y otras tantas vacas sagradas?
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