jueves, 17 de julio de 2008

Los inmigrantes y la soledad del egoísta

Cuando escribí , una vez publicado, lo volví a leer y pensé que me había pasado, en un momento de ofuscación debido a las noticias por la muerte de bastantes de ellos, pero en el Nº 378 de la revista , leo un articulo de mi admirado , y veo que no solo no me he pasado, sino que me he quedado corto.
Trascribo un resumen del mismo.
Puedes continuar leyendo... Muchas y muy diversas son las formas de la soledad, entre ellas la soledad de las grandes almas, de los espíritus incomprendidos y de los que no han sido favorecidos por la suerte. Hay también la soledad de los enfermos, de los ancianos y de los que no han conocido la experiencia bienhechora del amor y la amistad; asimismo la soledad que padecen los parias de la tierra, así como la soledad del exilio y la expatriación. Pero hay también la soledad del egoísta, que en los países del Primer Mundo es la forma mas extendida de soledad. El egoísta de hoy no conoce otro principio que el de su propio placer. En su ceguera no se dan cuenta de que su autocentrismo es la forma mas triste y pedestre de la autorrealización y que lejos de ser los mas listos que los demás, son en realidad unos pobres diablos. Por muy poderosos y ricos que sean, están condenados a permanecer interiormente solos, también cuando son aclamados por las masas.
¿Qué es el mundo actual sino el resultado del egoísmo reinante en todas partes y especialmente en nuestra propia morada occidental? ¿Como explicar si no que la Europa saturada y rica de Bruselas y sus 27 Estados miembros no tengan el menor escrúpulo moral en criminalizar y encarcelar a los inmigrantes procedentes de los mismos pueblos que durante siglos han estado sojuzgando y saqueando, y ello con el voto de las huestes socialistas de Rodríguez Zapatero que se rasgan de continuo las vestiduras presumiendo de estar al servicio del progreso, de los derechos humanos y de la igualdad. ¿Cómo conjugar esa conducta xenófoba y vil con la Alianza de Civilizaciones proclamada en su día a los cuatro vientos por el inquilino de la Moncloa? ¿O es que los pobres inmigrantes ilegales que carecen incluso de la posibilidad de arreglar sus papeles no pertenecen a la civilización? ¿Desde cuando el hambre y la desesperación tienen menos derechos que la igualdad de género o el azar de poseer un pasaporte europeo? ¿Dónde queda el imperativo categórico de dar de comer al hambriento y de beber al sediento? ¿Y quienes son esos señores y señoras para determinar desde sus cómodas y bien remuneradas poltronas ministeriales y parlamentarias quién tiene derecho a vivir o morirse de miseria? ¿La autoridad de la ley? Sí, pero por encima de todas la leyes formales esta la ley de socorrer al débil y desamparado.
Acumular en vez de repartir: he ahí la divisa de nuestro tiempo. Salvando honrosas excepciones, quien tiene poder personal, profesional, corporativo o político, lo instrumentaliza a su favor en vez de ayudar a los que carecen de él, como seria su deber y como nos han enseñado los grandes guías morales y espirituales de la humanidad. ¿Pero quien hace caso de su generosa y noble voz en una sociedad embrutecida por el materialismo, el fetichismo técnico, la fiebre de consumo, el hedonismo a toda costa y al culto permanente a lo banal?

Por otra parte : El costo del Irak y Afganistán los conflictos han crecido a proporciones asombrosas. Los tres billones de dólares de la guerra.
Sin comentarios.


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