domingo, 6 de julio de 2008

La industria pesquera amenaza a la alimentación mundial

Los océanos, con una extensión de 361 millones de kilómetros cuadrados y una profundidad media de 3.730 metros, cubren el 71% de la superficie del planeta. Asimismo, los primeros fósiles conocidos, datados en 3.500 millones de años, corresponden a organismos marinos; y las primeras especies animales también aparecen en el mar hace 640 millones de años (las primeras especies animales terrestres aparecieron hace 400 millones de años).
Ante la vista de estos datos, no me entra en la cabeza que una sola especie terrestre, la nuestra, virtud a su suprema inteligencia (¿Inteligencia?), los este esquilmando.
No es la primera vez que sobre este tema, pero fue viendo la televisión, ya de madrugada, en las horas de audiencia nula, cuando vi un reportaje bastante extenso, sobre el por qué de este desastre. Al final del mismo y como resumen fueron tres las causas que dieron: La pesca comercial, la artesanal y el cambio climático, pero ni dijeron en que proporción, y la verdad es que la ultima, para la que alegaban la disminución de coral, esta siendo el pretexto de lo que fácilmente no se puede explicar o no interesa que se explique. He llegado hasta un estudio dirigido por el investigador Jordi Bascompte, en el dice: Los ecosistemas complejos como los arrecifes de coral pueden verse afectados por perturbaciones locales en una o unas pocas especies. Por ejemplo, la pesca de tiburones ha hecho incrementar la abundancia de peces de los que se alimentan, lo que a su vez ha reducido la abundancia de peces herbívoros que son el alimento de dichos peces. Estos peces herbívoros, al ser menos abundantes, consumen menos algas. Así, las algas han experimentado una explosión y han desplazado a los arrecifes de coral que son muy importantes en estos ecosistemas porque muchas otras especies dependen de ellos. Esto puede explicar el cambio de ecosistemas dominados por corales a ecosistemas más pobres dominados por unas pocas especies de algas.
En cuanto a la segunda, la verdad es que la pesca es fundamental para la subsistencia y la seguridad alimenticia de 200 millones de personas, en especial en el mundo en desarrollo. Una de cada cinco personas en este planeta depende del pescado como fuente primaria de proteínas y dejando aparte a los grandes arrastreros, la verdad sea dicha, la mayor parte de la pesca artesanal, es por este sistema y soy testigo, de cuando aun se utilizaba en el Mediterráneo, que la cesta final de este arte de pesca es tan tupida, que ni al agua deja salir, por lo que la cantidad de alevines, que la mayor parte de la gente confundía con los chanquetes, que venían en cada captura, posiblemente habiéndolas dejado vivir, hubieran multiplicado el numero de capturas hasta el infinito; si a esto añadimos que el arrastre se hace en los lugares de desove de la mayoría de los peces, el daño que se infringe no es menor.
En el reportaje, es la India la que se lleva el palmito en este tipo de pesca. Son pueblos enteros los que participan en tirar desde la playa de ambos cabos de la red. Todo el que participa tiene derecho a parte de la captura.
Fue precisamente en la India, donde estos pescadores fundaron El Foro Mundial de Pescadores Artesanales, al cual ya le han cambiado de nombre, y en el se han colado países, como es caso de España, que son los que mas daño le han hecho a los océanos.
Para mi esta claro, que la gran culpable es la pesca comercial. Solo un dato, en el Pacífico noroeste, las capturas totales declaradas se han duplicado pasando de unos 12 millones de toneladas en 1970 a 23 millones en 2000. A comienzos de los años setenta correspondía a China un 20 por ciento aproximadamente de este total, pero en 2000 su parte ha aumentado a más del 60 por ciento. El rápido crecimiento de la producción declarada de China, especialmente el aumento de dos veces y media de sus capturas a casi 17 millones de toneladas.
El pico de la curva de Hubert aplicada al petroleo, lo hemos sobrepasado en la pesca. La a menudo pasa desapercibida, si se considera la competencia que representan las campañas contra la deforestación, la desertificación, la explotación de los recursos energéticos y otros dilemas relacionados con la reducción de la biodiversidad. Por una parte, rara vez se señala el rápido crecimiento de la demanda de pescado y de productos relacionados, tanto en el ámbito nacional como en los mercados de exportación, lo que lleva a que los precios del pescado suban más rápido que los precios de la carne. Como resultado, las inversiones en esta industria se han vuelto más atractivas tanto para los empresarios como para los gobiernos, lo cual también afecta negativamente a la pesca a pequeña escala y a las comunidades pesqueras en todo el mundo. En la última década, en la región del Atlántico norte, las poblaciones de peces con valor comercial, como el bacalao, la merluza, el abadejo y la platija han disminuido hasta en un 95%, suscitando llamados urgentes a la acción. Algunos han recomendando incluso tomar medidas como la prohibición absoluta de la pesca para permitir la regeneración de las especies, iniciativas que desatan la ira de la industria pesquera.
Puedes llegarte por estas web si quieres profundizar en el tema.





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