domingo, 20 de julio de 2008

Origen de las pistolas semiautomáticas. Parabellum 9 mm

Cada vez que ETA asesina a algún pobre desgraciado, la noticia siempre viene acompañada del siguiente latiguillo: la munición usada ha sido la 9 mm Parabellum, característica de la banda armada, razón por lo que yo, siempre supuse, que era una munición especial, pero cuando investigo resulta que fue ampliamente utilizado por las fuerzas alemanas en la Segunda Guerra Mundial con las pistolas Luger P08 y Walther P38 y el sub-fusil MP40. Desde el conflicto se ha convertido en uno de los cartuchos más utilizados en Occidente.
Para mi no es tanto el nacimiento de este calibre, sino el de la pistola semiautomática, que se caracterizan porque el mecanismo que coloca un nuevo cartucho en la recámara después de disparar es automático, pero como hace un solo disparo al apretar el gatillo una sola vez, no se considera arma automática. En realidad aprovechan la expansión producida al arder la pólvora para presionar un muelle.
Veras una animación de su funcionamiento.

El primer modelo de éxito fue la Bochardt creada por el armero alemán Hugo Bochardt y aparecida en 1893. Era voluminosa, frágil, incómoda y difícil de maniobrar con una mano; se caracterizó por un ingenioso mecanismo de seguro parecido a la articulación de la rodilla, que era confiable. Utilizaba el potente calibre 7,63 mm.
“para bellum”, dirección telegráfica de la fábrica alemana DWM, parece ser que ha tomado el nombre la pistola semiautomática más célebre de todos los tiempos, la Parabellum, conocida también como P.08 o bien Pistola Modelo 1908. Sin embargo, tal vez el nombre más famoso sea el de “Luger”, nombre debido a la costumbre de los coleccionistas americanos de denominar las armas con el nombre de quien las inventa, en este caso, Georg Luger.
Tanto Hugo Borchardt como Georg Luger trabajaron en Ludwig Loewe, sociedad que en 1893 se fusionó con la empresa Deutsche Waffen und Munitionsfabrik (Fabrica Alemana de municiones de guerra) dando vida a la famosa DWM. La pistola Parabellum nació en 1900 del trabajo conjunto de ambos bajo la marca DWM. En práctica, las mejoras que aportó Georg Luger a la pistola de Borchardt se reducen a una racionalización global, sin duda muy valiosa, pero que no aporta ideas innovadoras. Las pistolas que adquirió el ministerio de la guerra del Reich no habían convencido a los militares debido al pequeño calibre de la Luger (7,65 mm), la cual disparaba además balines de plomo revestidos con una camisa de níquel (para sostener la fuerte velocidad que se generaba dentro del cañón), por tanto poco deformables en relación con la bala de plomo sin más de 10,6 mm de los revólveres de ordenanza, bala lenta pero dotada de un gran poder de contención, mientras que el pequeño, veloz y "duro" balín del cartucho inventado por Luger (también en este caso modificado el de la pistola de Borchardt) tendía a traspasar el cuerpo causando pequeñas heridas fácilmente cicatrizables siempre que no afectara a órganos vitales, como demostraron las pruebas que se realizaron en su momento, en las que se disparaba sobre cadáveres humanos o sobre animales vivos para poder evaluar los efectos. Georg Luger puso a punto en 1901 el que todavía hoy es el cartucho más usado universalmente en las pistolas militares: el 9 mm Parabellum
Con todo lo que mas me ha llamado la atención en mis búsquedas, es que la munición de guerra utilizada, tanto en las armas semi o automáticas, no están diseñadas para matar, sino para hacer heridos. Velocidad alta para conseguir traspasar un cuerpo humano y limpieza en la penetración. ¿Cómo es posible que sean tan compasivos estos señores de la guerra? Me preguntaba, y nada de eso, lo que pretenden es causarle el mayor número de heridos al enemigo, con lo que esto acarrea de gastos y pérdidas de tiempo.
“Si vis pacem, para bellum” o “Si quieres la paz, prepara la guerra”... Así decían los antiguos romanos.
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