martes, 21 de agosto de 2007

Dos tiros en la nuca. Los tarados terroristas

Ver la televisión en esta época es un verdadero martirio, pero a partir de las diez de la noche, me siento en mi tumbona, y mientras pico algo, conecto el dichoso aparato con la esperanza de ver algo interesante. Las otras noches, ya tarde, casi me iba a acostar, cuando hice un recorrido por los diferentes canales y en uno de tercera categoría, le hacían una entrevista a Pilar Manjón, madre de una de las victimas de los atentados terroristas en el metro de Madrid y que se ha convertido en un icono de las mismas gracias a un discurso que echo en el parlamento en el que puso a los políticos a parir.
Digo madre de una victima (Perdió a un hijo de unos veinte años), pero para mi es mas victima que su propio hijo, puesto que el hijo una vez muerto nada siente, pero esta mujer y se le notaba en la entrevista, ha quedado con secuelas psíquicas, y de eso algo sé, que veo difícil que jamás se recupere. Se ha hecho presidenta de una asociación de victimas, y aunque le guardo mi más profundo respeto, no comulgo con ciertas cosas. Aunque dice que no, se le notan tendencias políticas y ella más que nadie, debía de tratar a todos los políticos, sean de la tendencia que sean, como lo que son, unos parias.
Sin querer también me acorde de mi amigo Dark, del que espero se le hayan ido de la cabeza ciertas ideas extremas. En España por desgracia son muchos los años que llevamos sufriendo esta lacra y el resto de los países nos miraban con indiferencia por el típico “son asuntos internos de ese país”. Tuvo que ocurrir lo de las torres gemelas para que mas de uno se haya dado cuenta de que es una guerra en toda regla. Sigo sin comprender a los terroristas sea el que sea el motivo que tengan para cometer estas barbaridades, pero si hay un caso que me viene incluso en sueños, fue el de una victima a la que cogieron prisionera, Miguel Ángel Blanco, otro crío de veinte años, y dieron un plazo para que se cumplieran sus exigencias o lo mataban. Que lo mataban a mi no me quedaba la menor duda, pero fue la forma de hacerlo. Se lo encontraron con las manos atadas atrás, de rodillas y con dos tiros en la nuca (Siempre me he preguntado para qué fue el segundo).
¿En nombre de que ideales se puede cometer semejante barbaridad? Tampoco comprendo que en todos estos años, no haya ningún familiar que se haya tomado la justicia con su mano. La verdad es que no me gustaría pasar por la experiencia de ser familiar de una de ellas.

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