Necesidades mínimas y el Síndrome de Diógenes

Cuando pinte el interior de la casa, tuve que bajar al sótano todas las cosas que había en las estanterías, la mayor parte de ellas platos y otros cacharros, y de la pared cuadros, espejos y demás. En mi otra casa (Porque aún sigue siendo mía), tenia una habitación que usaba como refugio en la que aun tengo todos mis libros, antigüedades a las que soy muy aficionado y recuerdos de mi época de navegante; con ellas mas con los cuadros pintados por mi, pensaba decorar el salón y tirar todo lo que me recordara a la parte negativa de mi vida.
Ya le he mandado varias veces razón a mi ex para traérmelas con un vehiculo de mudanzas, pero al parecer poniéndome pegas ve una forma de joderme así que he decidido llamar a mi abogada y que ella lo resuelva. Como se por experiencia que estas cosas van lentas y puede que incluso ya ni este aquí cuando se resuelva, he decidido seguir con la limpieza y hoy le han tocado a los armarios. Mis necesidades son mínimas incluso en lo que respecta a la ropa, aparte que había de ella y de mis hijos. Seis grandes bolsas de basura, ¿basura?, he llenado y con el coche he dado tres viajes a vertedero.
La primera sensación que he tenido cuando he acabado, es la que sentirá un perro cuando le quitan las pulgas, pero a la vez he pensado en que la mayor parte de la gente tiene un toque del síndrome de Diógenes (Yo soy enemigo de todo lo inútil); para mi es curioso ver como las van acumulando, en especial juguetes de los niños y tienen inutilizadas, no ya armarios, sino habitaciones enteras. En la segunda es que esas cosas que ya no usamos, están en perfecto estado de funcionamiento o de ser utilizadas, pero esta puñetera sociedad de consumo, se invento lo de las marcas y las modas de forma que lo que usas un año ya no te sirve al siguiente. Que mas quisieran poder tener en la mayor parte de este mundo todo lo que hoy he tirado, pero para mi es imposible hacérselo llegar, así que lo hecho, hecho está.

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