Cantar victoria a destiempo, es crearte un mundo irreal

Fue el lunes 21 de enero, cuando escribí La meta al final del camino. Lo recuerdo perfectamente, no ya el contenido del escrito, sino lo que en el quería transmitir, y que resumiendo era que después de muchas vicisitudes al final veía la luz del final de la depresión. Tan convencido estaba, que me había propuesto no escribir jamás sobre la misma en este mi diario, pero llevo varios días en los que ya no es que no pueda escribir sobre ella, sino sobre nada.
La primavera se ha adelantado bastante y aunque para nada creo que sea consecuencia del cambio climático, pero todos los que hemos pasado por esta maldita enfermedad, sabemos, que esta estación tan cantada por los poetas, para nosotros es fatal. Llevo unos días, que me levanto agotado y aunque solo se me apetece estar en la cama, me he sobrepuesto y he resuelto bastantes flecos de los que hablaba pero en especial esta mañana, me encontraba tan mal, que en mi cerebro he tenido una lucha entre tirarme a la piscina para levantar los ánimos o echarme en la cama, y al final ha vencido esta ultima, por lo que me he hundido mas, pero después de la siesta, me he propuesto luchar, y el hecho de que este escribiendo en este aparato es señal de que lo estoy consiguiendo. Posiblemente cuando acabe me pegue el primer baño del año.
Sigo convencido de que la he vencido.
¡Lo he conseguido! Aunque el agua de la piscina esta mas fría que un témpano, me he pegado el primer baño del año. ¡Resucitas!

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