jueves, 13 de marzo de 2008

Euskal Herria y al-Andalus. Diferentes historias

Lo que un día fue España
Cuando escribí sobre , me acorde de esta pobre España, en la que debido a su situación geográfica, han pasado muchas civilizaciones, dejando una mezcla de todas ellas, de la que en teoría cualquiera de sus habitantes debía sentirse orgulloso. Pues no, este país se ha convertido en una centrifugadora, del que todo el mundo quiere escapar
En España hablar hoy de nacionalismos es peligrosísimo, puedes herir la susceptibilidad, normalmente de los retrasados mentales. En la constitución de Estados Unidos, mediante referéndum, cualquier estado se puede separar de los demás, cosa que a ningún norteamericano se le pasa por la cabeza, porque entre otras cosas saben que la unión hace la fuerza. Para ellos la bandera de las barras y las estrellas es sagrada e ignoro si Texas o California la tienen y si es así las pondrán en los museos. Pensemos que esta nación no llega a los trescientos años de historia, y que fue poblada por lo mejorcito de Europa, o sea por los que no querían ni en las cárceles.
Europa también se ha dado cuenta de lo de la unión y la fuerza, y ha conseguido la comercial, pero la política, gracias a países como Alemania y Francia que por narices quieren ser la cabeza del león, estamos haciendo el ridículo. Para mi es incomprensible, que no solo hayan permitido la desmembración de la antigua Yugoslavia, sino que dejen independizarse a Kosovo, territorio que hasta un niño sabe que es inviable como país y que para que se parezca a uno será a base de nuestros impuestos o que al final se una a un país que debe seguir existiendo por ahí y que se llamaba Albania.
Antes de seguir escribiendo y para que no haya equívocos sobre mi forma de pensar respecto a estos temas, el que dude de mi imparcialidad, le recomiendo se pase por
Me he entretenido en hacer un cuadro sobre la demografía de tres ciudades, que por diferentes causas son o han sido representativas de dos de las que ahora se llaman Comunidades Autónomas.
Llama la atención, que Bilbao, no se le empiece a contabilizar la población hasta el año 1842, y la explicación es bien sencilla: Don Diego López V de Haro, Señor de Vizcaya, fundó la villa de Bilbao mediante una carta fundacional, o carta puebla, fechada en Valladolid el 15 de junio de 1300 y confirmada por el rey Fernando IV de Castilla en Burgos el 4 de enero de 1301. Don Diego estableció la nueva villa en la orilla derecha de la ría del Nervión, en terrenos de la anteiglesia de Begoña y le otorgó el Fuero de Logroño, o sea que cuando ni existía, Córdoba ya en el año 800, tenía 160.000 habitantes, y Granada en 1495, 165.000.
Otro dato que merece la pena tener en cuenta, es que en el año 1000, la población de Córdoba era la nada despreciable cantidad de 450.000 habitantes, cantidad que jamás alcanzó Bilbao.
Para que nos hagamos una idea de como que era Bilbao en 1575, que mejor que recurrir a una imagen de la época
Imagen tomada de
Ahora recurramos a lo que era Córdoba en el siglo X: Medina Azahara, a unos diez kilómetros en las afueras de Córdoba, fue mandada levantar por Abderrahman III en el siglo X para acoger a la corte e impresionar al pueblo y las embajadas extranjeras que, a decir de la crónica, se quedaban sin habla y con “la lengua pegada al paladar” ante semejante despliegue de ostentación.
Al-Nasir, como se conocía al monarca omeya, se hizo a su vez nombrar califa independiente de Bagdad. Personaje hábil y con grandes dotes de Estado, unificó su reinado, que peligraba por la tribalización y las riñas intestinas, y estableció relaciones con los francos y con Bizancio, favoreciendo un ambiente cosmopolita. En aquella época, Córdoba llegó a tener más de 1.000 mezquitas, 800 casas de baños, una urbanización ordenada, iluminación pública y un avanzado sistema de alcantarillado (Si quieres más infamación, aquí), pero yo añado de mi cosecha, puesto que lo he visto con mis ojos en la ciudad de Granada, que también disponían de agua corriente, con unas instalaciones a base de subterráneos, aljibes y cañerías de barro, que para si las quisieran muchas ciudades actuales. Si el resto de los conquistadores eran tan guarros, como Isabel la Católica, nos podemos imaginar la cara extrañeza que pondrían viendo que en las casas había agua corriente y se preguntarían para qué coño querrían tantos baños públicos.
Con todo mi respeto para los asturianos (Ellos dicen que Asturias es España y el resto territorio conquistado o algo por el estilo), empiezan a darle el coñazo a los habitantes del sur hasta que llegan los Reyes Católicos y terminan de joder la marrana. Castigo a los vencidos y canonjías a los vencedores. Aun así es hacia el año 1877, cuando empiezan a igualarse las poblaciones
A partir de aquí, que cada uno reflexione sobre banderas, fronteras, idiomas y por qué no, religiones.

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