miércoles, 2 de abril de 2008

Breve historia de dos amigos reencontrados a destiempo

En todo mí tiempo de retiro del mundanal ruido, independientemente de los domingos, en que vienen mis hijos, mas nieto y yerno, y los lunes, que bajo a la civilización a por la medicinas, un par de revistas y algo de ferretería, el resto de la semana, solo escucho una voz humana que es la de mi hija que me llama todas las tardes interesándose por mi salud.
De cuando en cuando suena el teléfono, la mayoría de las veces ni me molesto en descolgarlo y cuando lo hago es lo que ya suponía, alguien quiere venderme algo. Sigo sin comprender, que estemos en una base de datos, y esto lo aseguro, puesto que el tipo de cosas que quieren venderme, no son para mujeres ni para niños.
Bien, desde hace unas , ya son dos las voces humanas que escucho. La segunda es la de un amigo de la niñez, que vive en el otro extremo de España, y que por medios algo retorcijeros (No esta en el diccionario) consiguió mi número de teléfono.
De Juan, recuerdo muchas cosas. En la pandilla, aunque a veces se ampliaba con otros niños, también vecinos, éramos cinco, pero por la causa que fuera con el que más congeniaba era con él. Viéndolo en la distancia puede que ya en aquella época fuéramos los bichos raros. Tenemos mas cosas en común; aunque por diferentes causas, fuimos los dos únicos que abandonamos aquel dichoso pueblo, para mí, porque para él sigue siendo su pueblo, tenemos casi exactamente la misma edad, y ahora en las conversaciones telefónicas, me entero que al igual que yo también ha pasado por una enfermedad psíquica grave, los dos tenemos hijos salidos de tiesto y ambos estamos divorciados.
Recordamos nuestras aventuras y aquí ya viene, la primera cosa curiosa. En su memoria el fijó pasajes que nada tienen que ver con los que yo fijé, aunque uniendo los de uno con los del otro hacemos una historia detallada de lo que fue nuestra niñez. No entiendo, y esto ya nos hace diferentes, su obsesión, no ya por recordar el pasado, sino por ponerse en contacto con todo lo relacionado con aquella época, en especial con los amigos e incluso con la familia de los mismos, y cuando digo ponerse en contacto, no me refiero al teléfono, sino físicamente. Yo con bastante mas facilidad que él, por la cercanía, no solo no he hecho por volver a verlos, sino que incluso lo he evitado por dos motivos; el primero y mas lógico es que nada tendrán que ver aquellos niños, con las personas ya mayores que somos en la actualidad y cada uno de ellos pasando por muy diferentes avatares, por lo que es muy probable que hayamos cambiado tanto que en nada nos parezcamos a lo que un día fuimos, y en segundo lugar porque yo prefiero quedarme con los buenos recuerdos antes que jugar a la ruleta rusa, y en vez de encontrarte con lo que soñabas, encontrarte con unos seres que incluso pueden ser unos depravados. Tengo la impresión que algo de esto es lo que te ha ocurrido, y si no has encontrado a seres depravados, si a personas, que al igual que tú han formado sus familias, tienen otros amigos, otros trabajos y problemas completamente diferentes, por lo que restablecer una amistad que en vez de un bien les supone otro problema añadido a los que tengan, y nadie esta para mas problemas, por lo que supongo que unos con mas diplomacia y otros sin delicadeza de ninguna clase te han ido dando esquinazo. Juan, es posible que quieras rebatirme, pero muy ciego tienes que estar, si no te das cuenta de que es esto lo que te ha pasado.
También me pregunto el por qué tienes que buscar las amistades de tu niñez, y esto me lleva a otras dos: ¿Es que en el mundo en el que vives no eres capaz de encontrar amigos? Me has hablado de tus amigas, una de ellas, por cierto, me parece una excelente persona, y de algunos, mas que amigos, ex compañeros de trabajo, que me da la impresión de que ni a ti te gustan y aquí viene mi segunda pregunta ¿Le tienes miedo a la soledad? Aquí veo que también somos diferentes. Yo en la soledad he encontrado una compañera, que si continuo con la meta que me he trazado, y continuare, de irme a vivir a otros mundos, estoy completamente seguro que la recordare como una de las cosas mas hermosas que me han pasado, y mira que mi vida a sido tan extensa y he visto tantas cosas bonitas y tantas experiencias agradables, que alguien que lea esto y que no haya pasado por ella, puede pensar que la depresión me ha dejado secuelas y que lo que estoy es mas bien es loco. En la soledad he mirado tanto hacia mi interior. He buscado todos mis defectos y he recapacitado sobre todo lo que he hecho mal; lo que los cristianos llaman examen de conciencia. Todos deberíamos hacer esto alguna vez. Cuanto más te conoces mas respetas a tu prójimo.
Se que tu vida ha sido bastante mas problemática que la mía, e incluso sigue siéndolo, porque aunque mis relaciones familiares no son todo lo perfectas que yo quisiera, tengo la impresión de que las tuyas son peores, pero yo no veo que ese sea tu mayor problema. Creo estas falto de afecto y que lo buscas como agua de Mayo. ¿El por qué no te buscas una compañera? Claro que en esto si que no te puedo aconsejar nada, porque de mis ultimas experiencias, lo que siento hacia las mujeres también es digno de estudio; por una parte las admiro, pero por otra se que jamás volveré a unir mi vida a ninguna de ellas. No me imagino una relación sin amor y el mío ya lo deje atrás.
Estoy escuchando el teléfono y me imagino eres tu, por lo que aquí voy a dejar este escrito. Es difícil que lo vuelva a retomar, y si hay algo que encuentras incierto o de mal gusto, te aseguro que lo siento.

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