jueves, 10 de abril de 2008

La hazaña de la bala mágica o el Laberinto de Creta

Cuando el asesinato de Kennedy, me encontraba yo en el puerto de Rotterdam. La verdad es que la noticia nos afecto. Habían conseguido hacer con el presidente de los Estados Unidos lo que se llevaba treinta y tantos años detrás de hacerle a Franco. Decidimos llegarnos a la embajada a dar el pésame y nos salieron con qué pésame ni que puñetas, que lo que estaban era celebrándolo. Esto lo comento para que nos hagamos una idea de lo que querían a su presidente.
Sobre la muerte de Kennedy, no han sido ríos de tinta lo que se ha escrito sino yo más bien diría mares. Tinta inútil, porque estoy convencido que al igual que lo que pasó con las torres gemelas y el Pentágono el 11-S, jamás se sabrá la verdad.
Sobre la muerte de este hombre, me quedo con dos detalles, porque o los de la Comisión Warren eran estúpidos, o pensaron que cuanto mas gorda fuera la mentira, mas posibilidades había de que nos la tragáramos o lo que es lo mismo que nos tomaron por tontos perdidos.
Se habla de que fueron tres disparos los que hicieron contra Kennedy, aunque últimamente se esta investigando si hubo un cuarto, pero de todos ellos hubo uno que se hizo con una bala, que para la historia ha quedado como “la bala mágica”, y no es para menos, porque si la hubieran disparado en el Laberinto de Creta, a la primera, hubiera encontrado al Minotauro. Le entro por la parte trasera del hombro derecho, en el interior del cuerpo hizo un giro a izquierdas y al llegar a la altura del cuello otro a derechas saliendo del cuerpo. Si esto parece increíble, lo que sigue ya es de coña, porque la puñetera bala atravesó el respaldo del asiento del Gobernador Connally, y le causó cinco heridas, dos en el hombro derecho, dos en la muñeca derecha, una en la pierna izquierda, donde no entro sino que se fue para el suelo donde la recuperaron sin un mal rasguño.
El único fusil con el que yo he disparado ha sido con el Mauser (1898), fusil alemán, considerado el mejor fusil de cerrojo de la historia. Hacia tiro limpio a mil metros y a bala perdida alcanzaba los cinco mil. Pues al parecer con un fusil italiano imitación del anterior, fue con el que le dispararon. Después de cada disparo, había que tirar hacia atrás del cerrojo, expulsar la bala y acerrojarlo de nuevo. Lo malo es que en esta maniobra, se perdía el blanco y volver a recuperarlo, y más con mira telescópica se pueden tardar un par de minutos o más si el blanco es móvil. Al auto le hubiera dado tiempo a atravesar Estados Unidos de costa a costa.
Así se escribe la historia.
Comprobare si lo tengo puesto en mi listado de

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